Crece la presión sobre las autoridades ante los fallos de seguridad de la Loveparade

AGENCIA EFE 26/07/2010 14:54

En Duisburgo, la ciudad en la que se produjo el sábado la tragedia, diversas revelaciones colocaron en una incómoda situación al Ayuntamiento, la policía y los organizadores, muy criticados desde los medios de comunicación alemanes por autorizar el evento, en que murieron un total de 20 asistentes, ocho de los cuales extranjeros.

La última fallecida este mismo lunes fue una joven alemana que se encontraba en estado muy grave.

Un día después de conocer que los bomberos habían advertido ya meses antes de lo inseguro del emplazamiento de la "Loveparade", un informe de la edición "online" del semanario "Spiegel" destacaba que varios protocolos de seguridad no fueron observados.

De acuerdo con este medio, los organizadores de la "Loveparade" no observaron la anchura mínima prevista para acceso y salida de emergencia. Asimismo destaca que había quedado claro en el informe preliminar que en ese recinto sólo podían autorizarse concentraciones de hasta 250.000 personas.

Algunos voces críticas subrayaron que una ciudad con escaso medio millón de habitantes y sin recintos para acoger fiestas multitudinarias como lo ha sido siempre "Loveparade", debería haber declinado acoger este evento, como lo hizo el año pasado la vecina Bochum, de parecidas características, precisamente por no sentirse en condiciones de ofrecer la seguridad necesaria

Pese a ello, Duisburgo autorizó la fiesta en ese lugar para ahorrarse costes de seguridad, ya que buscar un recinto mayor implicaba aumentar el contingente policial, según apuntó a ese medio el presidente del sindicato policial, Rainer Wendt.

Una de las grandes incógnitas sigue siendo la cifra de participantes, y mientras las primeras cifras divulgadas por los organizadores hablaba de 1,4 millones de personas, los responsables de seguridad hablaron de un máximo de 300.000.

El domingo, según se conoció hoy, al alcalde de Duisburg, Adolf Sauerland, que defendió el fin de semana el plan de seguridad del "Loveparade", sufrió agresiones e insultos al acercarse al lugar de la tragedia.

En medio de esa tensión, desde el Gobierno de la canciller Angela Merkel, y mientras los partidos cristianodemócratas (CDU y CSU) solicitaban investigaciones independientes, se instó a no sacar conclusiones precipitadas de los sucesos de Duisburgo hasta no tener informaciones y análisis completos de lo ocurrido.

Hay que tomar medidas para el futuro "y esclarecer hasta sus últimas consecuencias lo ocurrido", enfatizó el portavoz del gobierno, Ulrich Wilhelm, para instar luego a todas las partes implicadas -policía, fiscalía, organizadores y autoridades de Duisburgo- a contribuir en esa labor investigadora.

Wilhelm recordó el compromiso de la canciller Angela Merkel con el esclarecimiento de la tragedia, y anunció asimismo que la cuestión será analizada próximamente en una conferencia de ministros de Interior, entre los titulares del gobierno federal y de los "Länder".

La fiscalía de Duisburgo, que ayer anunció la apertura de sumario por presunto homicidio por negligencia, prosiguió hoy con las declaraciones de testigos presenciales y expertos, por si existieron tales fallos de seguridad.

Mientras, la policía de Duisburgo modificó el balance de heridos del sábado, que elevó a 511 personas -frente a 342, como se informó el domingo-, de las que 283 tuvieron que ser hospitalizadas.

Uno de los heridos aún se debate entre la vida y la muerte, indicaron esas fuentes, mientras que hospitalizados permanecen 43 personas.

La "Loveparade", nacida en 1989 en Berlín y convertida con los años en la mayor fiesta tecno del mundo, dejará de celebrarse más, por decisión de los organizadores, tras la tragedia del sábado.

La ciudad de Gelsenkirchen (asimismo en la Cuenca del Ruhr, como Duisburgo), donde estaba programado hacer la fiesta en 2011, celebró esta decisión.

"Es correcto que tras la catástrofe de Duisburgo deje de celebrarse. En el futuro siempre estaría empañada por lo ocurrido", declaró el portavoz del Ayuntamiento, Martin Schulmann.