Fernando Torres Baena: "Aquí, todos con todos"

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 19/03/2010 00:00

El relato de Álvaro (nombre ficticio) pone los pelos de punta. Al parecer, desde el momento en el que ingresó en el gimnasio 'Club 81 Gym' de Gran Canaria notó un ambiente extraño. Entre alumnos y profesores se saludaban con besos.

Por su parte, Torres Baena se mostraba de lo más cariñoso, con constantes abrazos y palabras como: "Te quiero mucho".

En una ocasión Torres Baena se acercó a Álvaro, y delante de toda la clase, le preguntó con cuál de las chicas le gustaría tener relaciones sexuales. Algo extrañado con la pregunta, Álvaro señaló a dos de sus compañeras.

Las supuestas

Pasó muy poco tiempo entre esta confesión y el momento en el que Torres Baena decidió invitar a Álvaro a su casa, donde presuntamente se llevaban a cabo todo tipo de abusos sexuales.

Con el pretexto de que allí se organizaban competiciones para los mejores karatekas, Álvaro aceptó la invitación.

Pero tan sólo se presentaron a la concentración una de las chicas que el llamó la atención a Álvaro, él y Fernando Torres Baena.

La chica esperó a que Álvaro saliese de la ducha y le acompañó a una habitación para acostarse con él.

Sabedor de lo que había ocurrido, Torres Baena le preguntó a Álvaro por la experiencia y le aseguró que en el chalet 'Villa Edith' eso era lo que ocurría: "Aquí todos con todos. Y yo, con todos", le dijo.

Dos gimnasios paralelos

Fue en ese momento cuando Álvaro comprendió que, en realidad, existían dos gimnasios paralelos.

Por un lado, se encontraban los alumnos que iban a las concentraciones, que solían coincidir con los que iban a las verdaderas competiciones.

Por otro, aquellos que iban a clases de kárate, sin más, sin percatarse de todo lo que ocurría a su alrededor. concentraciones

La tercera planta del gimnasio

A la tercera planta del gimnasio accedían los alumnos 'receptivos', aquellos que se mostraban dispuestos a hacer lo que Torres Baena quería. En este lugar se han encontrado numerosos colchones y preservativos. Pero no siempre se tomaban medidas. Alguna de las niñas que han prestado declaración ha asegurado que les dieron píldoras abortivas ya que les obligaron a practicar sexo sin protección.

Aunque no ha sido el único hallazgo por parte de la policía. En el chalet se han incautado de abundante material audiovisual, una pistola y objetos sexuales.

Chantaje emocional

La capacidad de manipulación por parte de Torres Baena aparece constantemente en los testimonios de quienes han presentado denuncia. "Buscaba el punto débil de cada uno de nosotros", recoge el sumario. El caso de Álvaro no fue distinto.

Tras haberse acostado con varios de sus compañeros y profesores, Fernando Torres Baena se le acercó para mantener relaciones sexuales con él.

Ante la negativa del menor, que por entonces tenía 17 años, Torres Baena dijo sentirse muy dolido. Este hecho le hizo sentir mal a Álvaro quien veía en su profesor a alguien a quien admirar.

Por esta razón, cuando el hijo mediano de Torres Baena le ofreció lo mismo decidió complacerle, al ser de su misma edad.

Cuando Torres Baena se enteró de lo sucedido, se mostró apenado por no haber conseguido acostarse con él. Álvaro accedió, finalmente, a su deseo con tal de no causarle más daño a su entrenador.