Fumar en tiempos de crisis

ÍÑIGO URQUÍA 12/12/2009 00:00

La Ley Antitabaco 28/2005 entró en vigor el 1 de enero de 2006 y restringe esta práctica en los lugares de trabajo y los centros culturales, entre otros locales. No obstante, hasta ahora los restaurantes y bares de menos de 100 metros cuadrados no están sujetos a esta obligación. Tras cinco años de mano dura, sólo el 1% de los locales afectados (entre 3.500 y 4.000, de un total de 350.000) cumple con la norma.

La medida, sin embargo, ya ha "obligado" a más de un millón de personas a abandonar este vicio, aunque todavía mueren en España 50.000 personas al año a causa de este hábito.

El empujón definitivo para quienes han optado por dejar la nicotina y el alquitrán, sin embargo, ha sido otro: la crisis.

Picadura o emboquillados

Las penurias económicas que viven muchos de los ciudadanos españoles han obrado milagros en los indecisos. Además, algunos de los aún obstinados (o adictos, según prefiera) se han visto obligados a modificar sus hábitos de consumo.La diferencia de precio entre las cajetillas y el tabaco de liar permitió a la picadura hacerse un hueco en el mercado español. Además, los cigarrillos estaban gravados con un impuesto para ahuyentar a los adolescentes, una carga fiscal que en el caso de la picadura era mínima. Y los consumidores obraron en consecuencia: si hasta 2008 su presencia era testimonial, en primavera el consumo de esta variedad de tabaco crecía un 60% con respecto al año pasado, según los datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT). Estudiantes, parados e incluso algún jubilado se pasaron al tabaco de liar.

La evidencia tampoco pasó inadvertida al Ministerio de Economía y Hacienda que, en junio, La medida del departamento de Elena Salgado (azote de los fumadores desde que ostentaba la cartera de Sanidad) deceleró el crecimiento comercial de este producto. Pese a que sus tasas interanuales siguen al alza (rozaba el 70% en primavera, pero en octubre la subida 'sólo' era de un 37%, tras caer siete puntos en un sólo mes), el ritmo se ha visto reducido. impuso una carga fiscal de seis euros por kilogramo de tabaco de liar

El alza en el consumo de la picadura ha traído consigo una disminución de la venta de cajetillas, que en los diez primeros meses del año cae casi un 9,7%. En concreto, el año pasado se vendieron 3.797.385.656, por las 3.433.890.895 de éste. No obstante, las ventas de estos paquetes de 20 cigarrillos todavía siguen siendo mucho mayores que las del tabaco de liar (4.788.475, según los datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos).Las cifras de negocio totales no son en absoluto comparables:9.793 millones para las cajetillas frente a los 334 del tabaco embolsado.

Aunque desde Hacienda perjuran que el Ejecutivo no prevé subidas de impuestos especiales a corto y medio plazo, el miedo ha calado en el sector. Además, dado que los aumentos en este tipo de tasas especiales no se anuncian, el gabinete de Zapatero podría descolgarse en cualquier momento con una sorpresa para las industrias tabaqueras y, por ende, para los fumadores.

Subir el listón

Pero el bolsillo no es la única preocupación que azora a los fumadores. La Administración quiere reducir esta lista negra y ya piensa en endurecer la ley. El propio Congreso instó al Ejecutivo el 18 de junio a avanzar "en la ampliación de los espacios libres de humo de manera progresiva", y la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, recogió el guante con rapidez. "Estamos preparados para plantearnos ampliar los términos de aplicación de la ley", señaló la ministra este verano.

Sanidad se plantea ampliar la ley para prohibir fumar en todos los lugares públicos, incluidos los bares y lugares de ocio. "Ese carácter disuasorio inicial no se ha completado", lamenta Jiménez. En ese sentido, confirmó que "en muy poco tiempo" se incorporarán a las cajetillas de tabaco los nuevos pictogramas que disuaden de este hábito, entre los que, previsiblemente, figuren pulmones destrozados, tumores en carne viva o dentaduras podridas.

"Nuestra sociedad está madura para prohibir fumar en todos los lugares públicos",

llegó a declarar la ministra en la Cadena Ser a la pregunta de si llegará la prohibición total.

La Federación Española de Hostelería (FEHR), que aglutina a más de 120.000 empresas de restauración en España, calcula que esta medida supondrá una caída directa en las ventas del 10%. Por ello, este grupo de presión reclama que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero indemnice a aquellos locales que tuvieron que hacer reformas para establecer espacios con y sin humo o instalar equipos de aire independientes para que, tres años más tarde, "no sirvan para nada", según su presidente, José Luis Guerra.

Reformas inminentes

Tras la petición de los grupos parlamentarios, el Ministerio debe presentar a la Comisión de Sanidad y Política Social de la Cámara Baja dos informes de evaluación sobre el cumplimiento de la ley. La presentación ante la Cámara Baja, que tiene que llevarse a acabo "antes de finalizar el año" según esta proposición no de ley, debe servir como base para mejorar el texto legal. Y, en este caso, ya que la norma es una Ley Básica, cualquier modificación será más restrictiva, pues no puede remozarse a la baja.

De hecho, otras administraciones ya han filtrado las intenciones del gabinete. La consejera vasca de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, ya anunció ante su Parlamento autonómico que el borrador de la nueva norma está prácticamente cerrado y que su trámite parlamentario se iniciará a lo largo de 2010.

Estos cambios responden también a las peticiones de Bruselas. De hecho, la Unión Europea recomendó a los estados miembros el 30 de noviembre que introduzcan medidas legislativas más severas antes de 2012. En definitiva, todo apunta a que los problemas de los fumadores no han hecho más que empezar.