Padre e hijo iban pasando un buen rato en un autobús cuando el autobusero paró el vehículo en mitad de la ruta y llamó a la policía para advertir de que había visto algo sospechoso. No dejaba que nadie bajase del autobús, motivo por el que Jason le preguntó por lo que estaba pasando. Pero no recibió respuesta porque justamente llegaron los agentes.
Lo primero que hicieron los policías fue preguntarle si el niño que le acompañaba era su hijo, ya que habían recibido una llamada advirtiendo de que no se parecían. Jason se vio obligado a explicarles que él es jamaicano pero sus rasgos son albinos. Su hijo no los ha heredado, además de tener también rasgos indios como su madre, según recoge ‘Upsocl’.
Jason no comprende como en pleno siglo XXI sigue habiendo gente con este tipo de prejuicios, dado que existen parejas interraciales, niños adoptados o podrían haber sido padrastro e hijastro. No obstante, ha matizado que la policía sospechaba que no había nada raro en la situación pero le explicaron que tenían que hacer su trabajo e investigar para evitar cualquier duda.