Los Mossos acusados de agredir a un detenido se escudan en el protocolo

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 20/05/2009 08:36

Este miércoles ha llegado a juicio en la sección séptima de la Audiencia de Barcelona el presunto maltrato a Rubén P., el primero captado por las cámaras ocultas que el departamento de Interior instaló en marzo de 2007 en la comisaría de Les Corts para detectar posibles abusos policiales.

El ministerio público solicita penas que suman cinco años y tres meses de prisión, así como siete de inhabilitación, para cada uno de los cuatro mossos, a los que acusa de haber maltratado y vejado al detenido.

Una cámara oculta captó lo ocurrido

En la grabación de la cámara oculta que obra en la causa se aprecia cómo el detenido, que se encara a los mossos con actitud desafiante, recibe una patada de artes marciales en el estómago, así como puntapiés y puñetazos hasta que los agentes logran inmovilizarlo en el suelo y, forcejeando con él, esposarlo.

En su declaración, los cuatro agentes han coincidido en señalar que el detenido mostró en todo momento una gran "agresividad verbal" hacia ellos, a quienes dirigió constantes insultos y amenazas, y que una vez en la sala de cacheos dio un manotazo y una patada en la rodilla a uno de los policías.

Líneas de su defensa

Los agentes han insistido en que, ante esa violencia y al verse en peligro, procedieron según lo previsto en el protocolo de Interior para reducir a arrestados agresivos.

Otra de las líneas de defensa que han esgrimido los acusados es que los golpes que recibió el detenido eran "disuasorios y amortiguados", es decir, un amago o apariencia de golpe que en realidad no tenía tanta fuerza.

Se trata, ha ilustrado el agente procesado Adrián L., del llamado "golpe de distracción", que se enseña en la misma academia de policía y cuyo objetivo es "distraer la atención del detenido a otra parte del cuerpo" para reducirlo con más facilidad.

Respecto a la patada en el abdomen que encajó el detenido, el imputado ha asegurado que utilizó una táctica de defensa personal que aprendió en la Escuela de Policía, mientras puntualizaba: "Y no fue una patada, sino que le empujé con la planta del pie".

Contradicciones por parte de la víctima

Por su parte, en una declaración algo salpicada de contradicciones, Rubén P., que fue detenido por una pelea en una discoteca, ha asegurado que llegó a comisaría "enfadado", pero no agresivo, y que "de buenas a primeras", ya en la sala de cacheos, recibió la patada marcial en el estómago.

"A partir de ahí, todo son golpes y puñetazos hasta que perdí el conocimiento", según el testigo, que ha declarado que en la agresión defecó involuntariamente, lo que no impidió que lo abandonaran en una celda, esposado y con un casco de moto en la cabeza para evitar autolesiones, durante "una hora larga". RSOMÁS NOTICIAS DE SOCIEDAD