"Yo no he matado a Mari Luz". Santiago del Valle lo ha asegurado en una hoja de libreta y con una letra no siempre legible. Del Valle no muestra reparos en admitir que mientras se buscaba a la pequeña a él le "dio igual" y le "era indiferente". Además, se atreve a decir que "hay que tener más cuidado con los hijos y no dejarlos todo el día en la calle solos, que luego pasan las cosas y vienen las lamentaciones".
En su momento, Del Valle aseguró que Mari Luz falleció "accidentalmente" tras caer por las escaleras de su casa y darse un golpe en la cabeza y que "atrajo su atención ofreciéndole un caramelo". Ahora asegura que todas las afirmaciones que hizo "fueron obligadas porque era lo que ellos, la Policía, querían tener", y ha insistido que "no maté a Mari Luz porque, independientemente de que no la conocía, según los informes de la autopsia, cuando murió yo no estaba en Huelva ni mi mujer tampoco". Supuestamente se encontraban "en Sevilla y luego en Granada".
Según cuenta, a su vuelta a casa, "ya ellos, los gitanos, habían entrado rompiendo la puerta, buscando a la niña, sin pedir permiso alguno", aunque tuvieron que "marcharse de allí por sus amenazas". El presunto asesino de Mari Luz sí se ha mostrado seguro en un aspecto y es que ha afirmado que "sí" necesita un tratamiento, dados sus antecedentes sexuales con menores. ENG