La familias de Yeremi, Sara Morales y Amy no pierden la esperanza

CRISTINA GONZÁLEZ SÁNCHEZ 28/01/2009 12:40

"Seguimos ahí, no perdemos la esperanza y la voy a conservar siempre", relata la madre del Yeremi Vargas, desaparecido el 10 de marzo de 2007. Los familiares le echaron en falta a la hora de comer y comenzó su búsqueda. Aún no han dado con su paradero.

El menor de siete años se encontraba en un solar en Vecindario, en el municipio grancanario de Santa Lucía, a pocos metros de su abuelo y su tío cuando desapareció. Yeremi sufre problemas respiratorios y eso aumenta la angustia de su familia. A pesar de todo, la familia no pierde la esperanza.

Estos casi dos años sin Yeremi se han hecho eternos para su madre. "Siente que el tiempo se ha parado. Es una agonía enorme y no soy consciente de que haya pasado tanto tiempo desde su desaparición", cuenta Ithaisa Suárez, madre del niño.

Campaña conjunta

La irlandesa Audrey Fitzpatrick, madre de la niña desaparecida hace poco más de un año en Mijas (Málaga), Amy, ha sido la impulsora de una nueva campaña con la que se pretende que las personas no olviden la cara de los niños. Amy desapareció el uno de enero de 2008 cuando de dirigía a su casa. Los investigadores no han descartado que la joven se fuera por voluntad propia.

Sara Morales también sigue desaparecida . La niña fue vista por última vez la tarde noche del 30 de julio de 2006 cuando caminaba cerca de su domicilio de Escaleritas. A pesar de la gran colaboración ciudadana que se activó en las horas siguientes a su falta, Sara no ha sido encontrada aún. Es uno de los casos prioritarios para el departamento de la Policía Nacional de Desaparecidos y Homicidios.

Fuentes de la Policía Nacional han confirmado que en España hay un número elevado de denuncias por desaparición, "aunque no detrás de cada caso hay un delito". Gran parte de las desapariciones se resuelven en los días posteriores, como el caso de Yamiley Campos, una niña canaria que se escapó de un centro de menores y ha aparecido este miércoles junto con una amiga. Los casos de menores sin resolver siempre son catalogados como prioritarios, ya que "son desaparecidos en contra de su voluntad y detrás de cada caso se esconde un delito de secuestro, violación o asesinato".