Con tan solo 17 meses de edad, a Amelia Ballard le diagnosticaron un terrible cáncer que la hizo vivir prácticamente en el hospital de niños 'Children’s Healthcare' de Atlanta (antes el Scottish Rite), en EEUU. Allí le diagnosticaron leucemia linfocítica aguda, una enfermedad que la obligó a someterse a un largo y doloroso tratamiento de 27 meses con sesiones de quimioterapia, radiación y un trasplante de médula ósea para salvar su vida.
La larga estancia que tuvo que afrontar en el centro hospitalario se convirtieron en determinantes para que Amelia Ballard eligiera ser enfermera. De hecho, la joven está especializada en la atención de niños con cáncer y lo ha hecho con la clara intención de trabajar en el lugar donde le salvaron la vida. Un deseo que ahora se ha convertido en realidad.