El anestesista de Antonio Meño reitera que el nuevo testigo no estuvo en el quirófano

AGENCIA EFE 24/11/2010 16:26

Así lo indica la defensa del anestesista Francisco González en un escrito que ha remitido al TS pidiendo que rectifique en la sentencia que dictó la semana pasada la frase de que el anestesista no niega la presencia de Frade en el quirófano en el que Meño fue intervenido, en julio de 1989, a lo que no accede el Alto Tribunal.

El pasado 17 de noviembre el TS reabrió este caso al anular las sentencias dictadas sobre este asunto y estimar la petición de la familia de Meño, cuyas demandas contra la clínica donde se operó y el anestesista que le atendió habían sido rechazadas, por lo que fueron condenados a pagar 400.000 euros por las costas del proceso.

En el proceso civil, este caso se cerró después que un juzgado madrileño, la Audiencia de Madrid y el Supremo rechazaran las demandas de la familia al considerar que no existió negligencia médica, y se vio de nuevo en el Supremo debido a la aparición de un médico entonces en prácticas, Ignacio Frade.

Frade aseguró en el Supremo que durante la intervención en la Clínica Nuestra Señora de América el anestesista se ausentó y no estaba presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

Según Frade, el paciente entró en coma porque durante la intervención se desconectó el tubo por donde respiraba y el anestesista se hallaba fuera del quirófano.

Por su parte, el anestesista aseguró que no recordaba haber visto al entonces recién licenciado médico durante la operación.

El juzgado de primera instancia número 11 de Madrid (en 1998), la Audiencia de Madrid (en 2000) y el Supremo (en 2008) consideraron que la actuación del anestesista había sido correcta.

En la última de esas sentencias el Alto Tribunal decía que el daño sufrido por el paciente se explicaba de forma convincente en las resoluciones anteriores, que aseguraban que Meño había aspirado su propio vómito una vez finalizada la intervención.

El Supremo concluyó que la declaración del nuevo testigo pone de manifiesto una maquinación fraudulenta "gestada fuera del proceso entre los profesionales intervinientes en la rinoplastia estética con el fin de impedir a los perjudicados aproximarse remotamente (...) a la realidad de lo ocurrido".

La sentencia del TS añadía que "la presencia de Frade en el quirófano no ha sido negada por el anestesista".

Para el anestesista este párrafo contiene un "notorio error material", por lo que reclamó que la sentencia fuera rectificada, ya que, a su juicio, "resulta patente que hasta en una docena de ocasiones es negada dicha presencia por parte del anestesista".

El Supremo en un auto, notificado hoy, argumenta para negar dicha aclaración que se trata de la valoración que el Tribunal ha hecho de la declaración del anestesista.

Añade que las respuestas del anestesista, por su "falta de rotundidad", "evidenciaron de nuevo en el proceso de revisión el propósito de mantener en la sombra, oculta tras un cúmulo de ambigüedades, la verdad de lo ocurrido".