Según ha informado la policía barcelonesa en un comunicado este martes, la campaña se llevará a cabo hasta el 29 de agosto y se basará en la colocación de más radares móviles y portátiles las 24 horas del día en numerosas calles de la ciudad, con prioridad en aquellas en las que se debe circular a 30 kilómetros por hora.
El objetivo es reducir las infracciones relacionadas con el exceso de velocidad y el efecto directo que tiene este fenómeno sobre los accidentes, así como para evitar heridos y víctimas mortales: cuando las colisiones se producen a gran velocidad las lesiones son de mayor gravedad.
En lo que va de año, se han registrado 95.526 denuncias por conducir superando la velocidad permitida en la ciudad, un 11,65% menos que en el mismo periodo de 2013.
El exceso de velocidad en fue la tercera causa directa de accidentes en Barcelona a lo largo del año pasado, por detrás del consumo de alcohol y el mal estado de la calzada.