El uso de productos de estética adquiridos en Internet y aplicados en casa por uno mismo ha aumentado notablemente. El bajo coste hace que cada vez más gente se atreva a auto inyectarse botox. El diario Mirror advierte del peligro de estas prácticas.
Los médicos aseguran que una aplicación de botox sin conocer bien la composición de la sustancia y sin una formación adecuada en anatonmía puede no solo acarrear consecuencias negativas para el aspecto físico, sino también puede poner en riesgo la vida. Las consecuencias más leves son parálisis, labios desequilibrados, párpados caídos o infecciones faciales, ampollas y llagas.
Para los médicos es cuestión de tiempo que alguien pague con su vida. El doctor Aamer Khan, de la clínica Skin de Londres, asegura que "una cucharada de esta sustancia podría matar a 90 millones de personas" porque el botox puede considerarse un "arma biológica". Fazel Fatah, cirujano y presidente de las Asociación británica de Cirugía Estética, ha advertido de que una dosis de botox demasiado grande en la sangre puede producir una parada respiratoria.
El doctor Khan explica como una señora llegó a su clínica con los párpados caídos tres meses después de auto inyectarse. Otra joven se lo aplicó en los labios y se le quedaron completamente desiguales.
En Florida, EEUU, un doctor, que había sido expulsado del colegio de médicos, casi se causa la muerte a él y a otras personas, entre ellas su pareja, al aplicar una sustancia adquirida en la Red.
Los médicos aseguran que no dejan de recibir cada vez más gente en sus consultas que acuden para arreglar las barbaridades que ellas mismos se han hecho en casa. El precio está detrás de estas prácticas casera. Mientras una aplicación en un centro profesional cuesta unos 200 euros, en la Red por 10 aplicaciones se pagan unos 350.