Según publica el diario andaluz, un día después de la detención de Miguel", "dos agentes se personaron en el local situado en la Ronda de Capuchinos para hablar con el dueño y hacerle algunas preguntas que pudieran aportar datos sobre el crimen".
Julio Valverde, el propietario del bar, ha declarado que el cenicero, que ha calificado de "objeto contundente", es "redondo, pesado y de cristal transparente".
Además, cree que el objeto pudo ser robado, ya que Miguel "nunca ha trabajado aquí".
Los investigadores no creen que Marta hubiese muerto de un sólo golpe en la cabeza. La policía, según el diario, prácticamente descarta la versión ofrecida por Miguel ya que "para que el cenicero tuviera tanta sangre, Miguel debió golpear a la joven en varias ocasiones, pues en un sólo golpe no sería posible que se impregnara de tanta sangre, ya que el sangrado tras un impacto no es inmediato".