Una juez cierra las heridas de la Guerra Civil en Zamora tras 73 años

AGENCIA EFE 08/06/2009 05:32

La juez de Benavente, Tania María Chico, ha sido la primera en España en atender al requerimiento del magistrado Baltasar Garzón para que se haga justicia y los restos mortales de tres o cuatro asesinados en Destriana (León) y cuatro de Benavente (Zamora) reciban un entierro digno.

A primera hora de la mañana se han iniciado los trabajos de exhumación, que está previsto que se prolonguen durante dos o tres días para hallar e identificar a los asesinados, cuyos familiares se han acercado hoy hasta Santa Marta de Tera.

Uno de ellos, José Fernández Valderrey, nieto de Baltasar Valderrey, ha recordado a Efe cómo su madre le contaba que cuando ella tenía 11 años, en agosto de 1936, llegaron a Destriana "unos pistoleros mandados por el cura y los terratenientes del pueblo".

Se llevaron a cuatro vecinos, cuyos restos mortales se intentan localizar ahora para ser trasladados al cementerio del pueblo leonés junto a sus seres queridos, aunque existen dudas sobre si uno de los cuatro fue enterrado en otro lugar.

Es la primera vez que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica logra el aval judicial en su lucha para que los asesinados por el bando nacionalista durante la Guerra Civil reciban un entierro digno.

El vicepresidente de la asociación, Santiago Macías, ha explicado que tienen documentados otros 15.000 casos de familiares que buscan a desaparecidos siete décadas después, aunque en su mayoría son fallecidos en el combate bélico y no a más de 200 kilómetros del frente de batalla más cercano, como ocurre en este caso.

Contar con el apoyo judicial en las excavaciones de las fosas comunes supone "un hito" para esta asociación.

Ello permite disponer de más medios y tener el reconocimiento implícito del Estado, después de años en los que este tipo de desenterramientos se han llevado a cabo únicamente por voluntad de los familiares de los desaparecidos.

El ejemplo de la juez de Benavente ya ha sido seguido por algunos otros de los 62 juzgados de instrucción a los que remitió el caso Baltasar Garzón y ya ha habido avances en la causa en Palencia o en Jaén.

Pero será en Santa Marta de Tera, una localidad zamorana de 315 habitantes por la que cada año pasan 14.000 peregrinos camino de Santiago, donde primero se cerrarán las heridas de la Guerra Civil.

El concejal de Santa Croya de Tera, Manuel Alonso, que de niño residió en Santa Marta, ha asegurado a Efe que en el pueblo todos conocían la historia de las fosas comunes y en los primeros años incluso había familiares que el Día de los Santos se desplazaban desde León para honrar a sus seres queridos.

Fueron enterrados en las inmediaciones del cementerio, ya que al igual que a los que se suicidaban se les privó del derecho de recibir sepultura en el camposanto.

Por este motivo, es de especial importancia que recuperen la honra y los restos mortales regresen a su localidad de origen, tal y como han apuntado los familiares de los ajusticiados.

Isabel Martínez, ha rememorado cómo en agosto de 1936 llegaron a Destriana un grupo de hombres con un listado de nombres y pidieron a su abuelo, José Villalibre, que localizara a esas personas y, cómo no encontró a todos, le llevaron a él también para tomarle declaración, aunque nunca más volvieron a verlo.

Revivir estos hechos deja a los familiares una sensación agridulce en la que se mezcla la tristeza y la emoción por pasar página tras 73 años.

Por Alberto Ferreras