ATEA ha indicado que "el agresor reconoció ante el juez que lo había intentado matar porque era viejo y le habían salido unos bultos, además de reconocer que le amarró las patas para facilitar la perversa tarea".
La asociación animalista ha mostrado su satisfacción por la sentencia debido a que, según ha señalado, es lo máximo que puede conseguirse con la normativa actual.
No obstante, ha considerado que "se deben endurecer mucho más las penas, pues el sufrimiento de los animales no tiene de facto una categoría inferior al humano". "Resulta contradictorio con el propio espíritu de la justicia como práctica dar a cada cual lo que le corresponde", ha añadido.
Atea ha destacado que esta sentencia, al ser de conformidad, no permite la presentación de recurso, por lo que el agresor posee a partir de ahora antecedentes penales y "esto hará sin duda que se lo piense dos veces antes de volver a hacer daño a cualquier animal".