Uno de cada 1.000 corredores padece alguna anomalía cardiovascular

EUROPA PRESS 08/02/2016 19:00

Por tanto, los datos reflejan el peligro evidente de practicar una actividad tan lesiva como es el 'running' sin el consejo y el asesoramiento profesional adecuado. En este sentido, el experto ha puesto el acento en un estudio longitudinal con 17 años de seguimiento ('Aerobics Center Longitudinal Study') en el que, tras analizar diversas pruebas de esfuerzo realizadas, se detectó que, como media, alrededor de 30 de cada 1.000 mujeres y 60 de cada 1.000 hombres padecía algún tipo de anomalía cardiovascular.

"Una cifra más que significativa si tenemos en cuenta que este tipo de problemas, de no diagnosticarse y prevenirse, pueden derivar, entre otras graves afecciones, en la llamada muerte súbita, que, aunque con baja incidencia, no conviene descartar. Las personas por encima de los 45 años y de los 35 años, en los sujetos de alto riesgo, están obligados a someterse a este tipo de test", han recalcado los experto.

De hecho, y atendiendo a esos estudios, de los dos millones y medio de corredores, unos 1.000 podrían sufrir un infarto agudo de miocardio y 5.000 complicaciones graves que requerirían hospitalización. En este sentido, las pruebas de esfuerzo y cardiológicas son en la "mejor herramienta" para descartar patologías cardiovasculares y respiratorias, y determinar la condición física y estado de salud del deportista.

Como regla básica, los especialistas recomiendan someterse a estas pruebas siempre que se inicie una actividad física y, en general, cuando se está en la edad adulta o se va a realizar una actividad de competición, ya sea popular o profesional. En todo caso, cabe resaltar que muchos países de nuestro entorno ya las exigen como paso previo para participar en una carrera.