La declaración de la joven que destapó el caso: "El chalé de Fernando parecía una secta sexual"

INFORMATIVOS TELECINCO 20/03/2010 13:45

La declarante asegura que el primer fin de semana que fue al chalé, Fernando Torres Baena le dijo que "es normal tener relaciones sexuales chicos con chicos y chicas con chicas y da igual la edad".

Aunque era un fin de semana de presuntos entrenamientos en la casa de los imputados, la declarante asegura que los obligaron a limpiar la casa. Por la tarde la declarante notó que había movimientos raros en la casa y que de repente faltaban parejas y que entre los que faltaban estaban siempre los imputados. Se retiraban a habitaciones de la primera planta y allí pasaban una hora aproximadamente.

La declarante asegura que una de las monitoras le dijo que iba a dormir con ella. Según su testimonio, la monitora comenzó a acariciarla, a tocarle los pechos y a intentar meterle la mano dentro del pantalón. La declarante se enfadó y aseguró que se iba a ir de la habitación. Aunque le pedía que la dejase, la agresora no le hizo caso. La joven se planteó gritar pero pensó que Fernando, el dueño del gimnasio, se enfadaría mucho. Según ella, "Fernando era una persona muy agresiva y le tenía mucho miedo".

La declarante asegura que hasta ese momento no había mantenido relaciones sexuales con nadie, sólo se había besado con chicos de su edad. La monitora fue suave al principio pero luego le hizo daño. Al final acabó abandonando la habitación. Al día siguiente, según su declaración, Fernando la regañó por haber dejado sóla a la monitora asegurando que "para ser una campeona de kárate me tenía que acostar con la gente".

Fernando repartía las parejas

Pasado el fin de semana, la declarante no contó nada en casa "por miedo a Fernando" y siguió yendo a clases de kárate. Al final acabó incluso pidiendo perdón a la monitora. Entonces la cosa cambió: "Fernando me piropeaba. Me decía lo linda que era". Aunque la chica ponía excusas a ir a la casa de Vargas, acabó yendo "una vez al mes o cada dos meses durante un año y medio".

La declarante dice que en esos fines de semana "se producen otras dos relaciones con la monitora... se produce entre ellas sexo oral". La víctima asegura que Fernando la "sobaba" y que la monitora llegó a sugerirle "hacer un trío".

La declarante habla de tríos en la casa y asegura que los fines de semana parecía "una secta sexual". "Fernando es quien reparte las parejas, primero habla con el monitor y después convence al chico para que se acueste con el monitor".

Hachís, alcohol y películas porno

Los monitores fumaban hachís delante de los chicos y bebían alcohol. Aunque no lo ofrecían a los chicos, estos lo tenían a su disposición. "Cuando los menores querían, ponían películas porno y los monitores veían las películas con los menores". Alguna compañera le dijo haber visto juguetes sexuales.

La declarante mantuvo relaciones completas consentidas con un chico de su edad en la casa de Fernando.

Se reafirma que "en el chalé no entra ningún chico a entrenar, que todos los seleccionados entran para mantener relaciones con los monitores y con los otros chicos".

La declarante contó todo esto a un profesor al enterarse de que iban a llevar al chalé a un niño de 9 años, hermano de una de sus amigas, y él fue quien la animó a contarlo a su madre y a denunciarlo. LA