"No nos podemos permitir más infraestructuras que acaben de destruir el poco entorno natural que queda" en el Camp de Tarragona, han asegurado en un comunicado muy crítico con el proyecto, que circunscriben al modelo fracasado de crecimiento económico basado en la burbuja inmobiliaria.
El documento está suscrito por Gepec-EdC, Ipcena, Cepa-EdC y la Federación de Ecologistas de Cataluña, y en él se muestra el rechazo "frontal y contundente" a un proyecto que califican como el plan B de Eurovegas.
"El ocio basado en le cartón piedra y la ludopatía no nos sacará del agujero", añade el escrito, que critica además el oscurantismo y la falta de diálogo con el territorio para la puesta en marcha de este proyecto.
Asimismo, los ecologistas muestran también su desconfianza con el "especulador jefe" Enrique Bañuelos, al que critican por la gestión inmobiliaria y financiera que ha hecho de otros proyectos con la complicidad de gobiernos especuladores y destructores del territorio, aseguran.