Cantabria estrena la primera semana de vacaciones de su polémico calendario escolar

Enrique Pérez 28/10/2016 10:41

Son algo más de 93.000 alumnos de Primaria y Secundaria de Cantabria que a lo largo de los próximos siete días descansarán como lo hacen en algunos países del resto de Europa en lo que se pretende sea un calendario escolar más “racional y pedagógico”, en palabras de Federico de los Ríos, vicepresidente de ANPE Cantabria, uno de los sindicatos que representan a los docentes en esta comunidad.

Este enfoque positivo de los profesores coincide con la evaluación que de esta primera etapa hace de la jornada escolar Ramón Ruiz, consejero de Educación de Cantabria. Ruiz valora la “normalidad” con la que está transcurriendo la aplicación del nuevo calendario.

Una visión completamente diferente es la que tienen en la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Cantabria. Su presidenta, Leticia Cardenal, asegura que la nueva jornada se ha implantado de forma “caótica” y “sin consensuar con la comunidad educativa” por lo que la ven “mal” en su conjunto.

Sin acuerdo sobre conciliación

La nueva propuesta de calendario escolar en Cantabria ha destapado también otro frente entre docentes, consejería y representantes de padre y madres: los problemas para la conciliación laboral y familiar durante estos periodos de vacaciones entre semestres.

De los Ríos, del sindicato ANPE, recuerda que “los hijos son responsabilidad de las familias. Los colegios dan un servicio educativo pero no son guarderías” y aprovecha para asegurar que con la nueva propuesta “solo se han cambiado de lugar cuatro días” por lo que habla de una polémica “exagerada”.

Frente al colectivo de profesores, la representante de FAPE Cantabria, Leticia Cardenal, se muestra pesimista: “Esta semana de vacaciones se supone que es para que los niños descansen y no van a descansar”. Cree que los únicos beneficiados “lamentablemente son los maestros”, asegura.

Sobre lo que también se muestra convencida Cardenal es de que “va a ver familias que van a seguir sufriendo el cierre de los centros” en referencia a la reducción de comedores escolares. Critica que el plan puesto en marcha por la consejería de Educación cántabra es “insuficiente” para cubrir las necesidades de las familias más desfavorecidas que deberán gastar recursos que no tienen en acudir a los centros habilitados por la Administración.

El consejero Ruiz reconoce la existencia de “un problema alimentario en una parte de la población infantil de Cantabria, en la más debilitadas” pero insiste en que con el plan de apertura de comedores y actividades lúdicas se ha respondido “a las necesidades” detectadas con anterioridad.

El programa de apertura de centros se apoya también en un acuerdo con los principales municipios de la región para desarrollar actividades lúdico-deportivas para los chavales.

Conjuntamente, las principales instituciones culturales de Cantabria se han coordinado para que esta primera semana de descanso tenga un contenido formativo más allá de las aulas, algo de lo que Ramón Ruiz se ha mostrado especialmente satisfecho.

Más evaluaciones, más control

Con el inicio de este primer receso, los alumnos de Primaria y Secundaria cántabros habrán completado también un primer bimestre que, en el primer caso comenzó el 8 de septiembre. Una de las novedades que trae la nueva distribución de tiempos será más evaluaciones algo que todos ven beneficioso para los alumnos.

“Nos parece positivo”, destaca Leticia Cardenal, aunque pone sobre la mesa dos requisitos: que se haga “conforme manda la consejería” y que los centros dispongan de los “apoyos y medios pertinentes”. La presidenta de FAPE Cantabria lamenta que, a veces, estos apoyos son “escasos” y las “ratios, elevadas”.

En la misma dirección apunta el representante de ANPE , Federico de los Ríos, cuando se refiere a esta primera evaluación. “Sí, conviene, y es correcto informar a las familias de las evoluciones y de hecho esa es la idea del calendario pedagógico”, pero recuerda que al alumno se le está "evaluando constantemente" porque "no tenemos que olvidar que la evaluación, por Ley, es evaluación continua".

Ambos coinciden que la introducción de esta valoración de la marcha académica del alumno a esta altura del curso ayuda a “detectar antes si algún estudiante se está quedando rezagado y necesita algún tipo de ayuda o medida complementaria”, como señala De los Ríos.

¿Modelo exportable?

La jornada escolar de Cantabria ha venido a revolucionar en parte el sistema educativo en España. Pero su metodología ya se viene aplicando en bastantes países del resto de Europa. Ahora, los expertos de la Consejería de Educación se preparan para evaluar los resultados de esta experiencia.

A partir del mes de febrero y tras analizar su desarrollo en 21 centros seleccionados para evaluar esta experiencia, la consejería elaborará un informe sobre su aplicación.

El documento se completará con datos aportados por la Inspección procedentes del resto de centros y con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa de la región.

Los resultados permitirán introducir, según el consejero Ruiz, las "mejoras" que se estimen necesarias.

Ramón Ruiz asegura que la propuesta de su departamento “podría ser un elemento a reflexionar junto a la jornada partida y la jornada continua, junto a otros tiempos escolares, a los deberes. Ahí hay un elemento que podría ser importante para reflexionar conjuntamente todo el Estado”.

Una reflexión que comparte el representante del profesorado, Federico de los Ríos: “Nosotros entendemos que sí”. Además cree que “los problemas del sistema educativo son muchos, muy complejos y muy variados. Un calendario irracional lectivo nacional es solo uno de esos problemas pero entendemos que si solucionamos uno pues tendremos un problema menos”.

Más prudencia pide, la presidenta de FAPA, Leticia Cardenal para quien la propuesta es un “experimento” y duda sobre las bondades del mismo “no sabemos si al final del curso estaremos de acuerdo o no”. Sobre su aplicación en otras comunidades pide que se considere: “Lo que está claro es que no se debe implantar de la misma manera que en Cantabria”.

Aconseja que, para hacerlo “se hable con la comunidad educativa al completo incluidas las familias, se les explique desde el minuto uno antes de tomar una decisión porque al final los perjudicados o los beneficiados son nuestros hijos”.