Un estudio revela el auge y la caída de las zonas deforestadas del Amazonas

AGENCIA EFE 11/06/2009 20:02

Peor aún, cuando irrumpen los leñadores y los agricultores en la Amazonía brasileña el nivel de vida cae por debajo de la media que se registra a nivel nacional.

"Esto demuestra que el modelo de desarrollo que se aplica para la región brasileña del Amazonas no es el adecuado, ni desde un punto de vista ambiental ni desde un punto de vista humano", señaló en una entrevista con Efe, Ana Rodrigues, del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva, en Montpellier (Francia).

"Aunque la calidad de vida aumenta con la deforestación, ese es un aumento transitorio que se pierde a medida que la frontera sigue avanzando", añadió.

Rodrigues calificó como un error "suponer que la deforestación es el precio que hay que pagar por el desarrollo".

En la investigación también participaron los científicos del Imperial College de Londres y de la Universidad de Cambridge, que indicaron que su conclusión es crucial por la importancia que tiene la región para el planeta.

El Amazonas es la cuenca fluvial más grande del mundo y de ella nace la quinta parte de todo el agua dulce incorporado a los océanos.

Además, es el hábitat de por lo menos 2,5 millones de especies de insectos, decenas de miles de plantas y unas 2.000 aves y mamíferos. Es también el hogar de un quinto de todas las especies de aves del mundo.

Según los expertos un kilómetro cuadrado de selva amazónica puede contener hasta 75.000 tipos distintos de árboles, unas 150.000 especies de plantas y unas 90.000 toneladas de biomasa vegetal.

"La Amazonía también es fundamental para la regulación del clima global ya que su destrucción tiene como resultado la emisión anual de 250 millones de toneladas de dióxido de carbono", dijo Rodrigues.

Según los científicos, desde 2000 el hacha de los leñadores derribó 155.000 kilómetros cuadrados de zonas selváticas del Amazonas para explotar su madera o dar uso agrícola a sus tierras.

La deforestación ha registrado una media de más de 1,8 millones de kilómetros cuadrados por año y se produce a una media por minuto de cuatro campos de fútbol, según el estudio.

El grupo internacional de científicos analizó los cambios en la expectativa media de vida, alfabetización e ingreso per cápita de la gente de 286 municipalidades amazónicas brasileñas que habían sufrido diversos grados de deforestación.

El estudio reveló que la calidad de vida local aumentó rápidamente durante las primeras etapas de la deforestación.

Según los científicos, eso probablemente se deba a que la gente capitalizó los nuevos recursos naturales, incluyendo maderas, minerales y tierras agrícolas. Además, los nuevos caminos mejoraron el acceso a la educación y la medicina.

Sin embargo, esos avances fueron transitorios y el nivel de desarrollo retrocedió a un nivel inferior a la media nacional una vez que se hubieron explotado los recursos y las fronteras de la deforestación avanzaron a tierras vírgenes.

"La calidad de vida antes y después de la deforestación fue sustancialmente inferior a la media nacional de Brasil", indicó el estudio.

Según Rodrigues, el desafío ahora para toda la Amazonia es encontrar un modelo de desarrollo que permita una mejora sostenible de la calidad de vida sin la dilapidación de los recursos naturales.

Para Andrew Balmford, coautor del estudio y profesor de ciencias de la conservación de la Universidad de Cambridge el "auge y caída del desarrollo amazónico es, por lo tanto, indeseable en términos humanos y potencialmente desastroso para otras especies y para el clima mundial.

Añadió que la reversión de este tendencia "dependerá de que se comprenda el valor que tienen las selvas intactas para gente fuera del Amazonas y para que la vida de la gente local sea mejor cuando la selva está en pie que cuando es eliminada".