Con ausencia de los pequeños de la realeza española, finalmente hemos visto cómo los Reyes han posado con sus hijos y cónyuges en la puerta del Club Naútico. El primero en llegar fue Don Juan Carlos conduciendo su propio coche y sin muletas, síntoma de que la operación en la rodilla derecha a la que fue sometido el mes pasado ya está más que superada.
A la vez aparecieron también la Reina Sofía y la infanta Elena, a quienes siguieron los Príncipes de Asturias y, posteriormente, los Duques de Palma. Una vez más, los rumores sobre una mala relación entre las infantas y Doña Letizia planearon por el Club Naútico, ya que a la hora de posar para la foto familiar, la Princesa de Asturias se colocó al lado de la Reina, mientras sus cuñadas se fueron al lado contrario, junto al Rey.
De este modo, Don Felipe tuvo que acompañar a su esposa para no dejar que en la foto se apreciara el vacío a Letizia. A pesar de todo, el estilismo de la Princesa volvió a destacar, aunque la infanta Elena fue capaz de hacerle sombra, quedándose Cristina con el look más informal de la noche, recurriendo a unas sandalias de cuña.
Los siete miembros de la realeza fueron recibidos por el presidente del Gobierno Balear, José Ramón Bauzá, el alcalde de Palma, Mateo Isern, y por los presidentes del Club Naútico, Matías Salvá, y del Comité Organizador de la Copa del Rey, Javier Sanz.
Justo antes de cenar, el Rey Don Juan Carlos emocionó a los presentes con su perfecto discurso al recibir el trofeo de honor en la Copa del Rey de Vela, una distinción por su contribución a la relevancia de esta regata que cumple ahora 30 años.
Después, Juan Carlos dedicó unas afectuosas palabras a su amigo Cusí, "compañero de tantos días de navegación y tantas horas juntos", de quien ha destacado sus cinco triunfos con El Bribón -que este año puede obtener su sexta copa, antes de abandonar en septiembre la alta competición- y a quien ha elogiado como "ejemplo que guiará por muchos años a la vela española".