La actuación de la Guardia Civil se inició a raíz de una llamada de un ciudadano al teléfono del cuartel de la Guardia Civil de Vilafranca, en la que informaba de que había localizado semienterrado un artefacto explosivo mientras realizaba senderismo por una zona forestal de la localidad.
Inmediatamente se desplazó al lugar una patrulla de la Guardia Civil hasta la llegada de los especialistas en desactivación de explosivos. Cuando llegaron los guardias civiles comprobaron que se trataba de una bomba de aviación 'Negrilla' de la pasada Guerra Civil, por lo que procedieron a acordonar la zona y a su destrucción controlada.