El ingeniero sueco liberado por las FARC recibe en Bogotá atención especializada

EFE 18/03/2009 23:00

Larsson, quien permaneció 22 meses en poder de sus captores, fue trasladado desde la localidad de Aguachica, en el departamento norteño del Cesar, "en un avión medicalizado de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC)", según fuentes de esa institución.

El ingeniero sueco, el único ciudadano de esa nacionalidad que permanecía secuestrado, "se encuentra en delicado estado de salud, lo que hizo necesario su traslado a Bogotá a un centro asistencial de primer nivel", añadió un comunicado de la FAC.

Larsson "había sufrido una lesión cerebral hace dos meses que le dejó algunas secuelas", situación que "influyó para su liberación", según el escrito difundido por la institución.

La puesta en libertad se produjo el martes en una región del departamento de Córdoba, a unos 700 kilómetros de Bogotá.

Tanto Larsson, de 69 años, como su esposa, Diana Peña Algarín, quienes vivían en una finca de Tierralta, en Córdoba, fueron secuestrados el 16 de mayo de 2007, pero la mujer logró escapar dos días después.

El ciudadano sueco es, al parecer, el último extranjero que se encontraba en poder de las FARC, señalaron a Efe fuentes del Fondo Nacional para la Defensa de la Libertad Personal (Fondelibertad), adscrita al Ministerio de Defensa.

Las mismas fuentes señalaron que el ingeniero fue entregado por la guerrilla a una comisión de agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, inteligencia estatal).

Hoy, desde Estocolmo, su hijo Tommy declaró, tras dialogar telefónicamente con su padre, que "está bien dadas las circunstancias".

"Nombró a todos sus hijos y se río un par de veces. 'Has vivido un largo viaje', le dije. 'Sí, un año y diez meses', me contestó", agregó su hijo.

"Estamos ilusionados por su vuelta. Esto ha sido el fin de un largo viaje y el comienzo de otro viaje igual de largo. Ahora debe regresar a Suecia", afirmó Tommy Larsson.

Según Radio de Suecia, que cita fuentes del servicio de inteligencia colombiano, Larsson sufrió una lesión cerebral hace dos meses que le dejó algunas secuelas y su estado de salud fue fundamental para que las FARC accedieran a liberarle.

El mismo Tommy, pero en declaraciones a la Radio Cadena Nacional (RCN) de Colombia, señaló, por otra parte, que la familia no hizo ningún pago a esa guerrilla para que pusiera en libertad a su padre.

Tommy Larsson, quien es uno de los tres hijos del ex rehén, sostuvo en la entrevista con la emisora colombiana que la suya "es una familia limitada económicamente, que no tenía dinero para hacer un pago".

"Entonces, (la puesta en libertad) fue una decisión de parte de las FARC", añadió.

Autoridades colombianas señalaron que Larsson estuvo en poder de rebeldes de los frentes 5 y 18 de las FARC.

El ingeniero trabajó en la construcción de la hidroeléctrica Urrá, en Córdoba (norte), en la década de 1990, con la empresa sueca Skanska, y tras su jubilación decidió quedarse a vivir en Colombia en una finca, en la que fue secuestrado y en la misma región en la que fue dejado libre.

Antes de Larsson, el Ejército colombiano rescató el 2 de julio del año pasado a los estadounidenses Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes en una operación contra las FARC.

En la misma operación, denominada "Jaque", fueron también liberados la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y once uniformados del ejército y la policía de Colombia.

Este miércoles la oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos expresó su satisfacción por la liberación de Larsson y exigió a las FARC la entrega "inmediata y sin condiciones" de todos los secuestrados.

El comunicado saluda la liberación del ciudadano sueco y "retoma el llamado urgente de la alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, a los miembros de los grupos armados en Colombia, a quienes les ha exigido la liberación 'inmediata y sin condiciones' de todas las personas tomadas como rehenes en el país".

Las FARC tienen en su poder a más de 700 personas, según las autoridades, entre ellas a 22 rehenes que considera canjeables, todos miembros del ejército y de la policía y que pretende intercambiar por unos 500 de sus guerrilleros presos.