Según ha informado la policía catalana, los hechos ocurrieron la madrugada del 13 de octubre cuando una patrulla localizó un vehículo escondido entre dos árboles de un campo de olivos junto a la N-II en Jorba, que estaba estacionado con las puertas del maletero abiertas, las asientos traseros plegados y sin la bandeja posterior.
Los agentes montaron un dispositivo que permitió localizar junto al coche cableado de cobre, ocho farolas de la autovía que presentaban la tapa eléctrica abierta y los cables cortados, y más cableado con herramientas de corte ubicados en la acera.
A raíz de los hechos, se abrió una investigación para averiguar la autoría; la policía ha calculado que el cableado que quería robar era de unos 700 metros, con un valor superior a los 7.000 euros.
El detenido, con antecedentes policiales por hechos similares, quedó en libertad después de tomarle declaración y ser citado para presentarse ante el juzgado de guardia de Igualada.