Las aves marinas fragatas y rabihorcados vuelan durante meses a una media de 410 kilómetros al día sin tener que posarse

EUROPA PRESS 30/06/2016 18:59

El trabajo muestra igual que los 'windsurfistas' estas aves estudian el viento para aprovechar mejor las corrientes y cubrir la mayor distancia posible sin esfuerzo. Sin embargo, el estudio destaca que las aves le sacan mucho más partido al viento.

El equipo internacional, liderado por el investigador del Centre d'Etudes Biologiques de Chizé (CEBC- CNRS) Henri Weimerskirch, ha analizado sus travesías con emisores de GPS para desvelar cómo logran superar estas distancias durante su migración.

Así, en su periplo, las fragatas necesitan ahorrar toda la energía posible puesto que, de lo contrario, no podrían enfrentarse a distancias tan largas.

Además, el estudio revela su "detallado conocimiento" de las condiciones atmosféricas, ya que se mantienen en una altitud entre 30 y 2.000metros, donde no necesitan batir demasiado las alas y realizan movimientos circulares para surfear las corrientes ascendentes de aire que se originan bajo los cúmulos.

Así, para estas aves, cada corriente es una oportunidad para ascender hasta 1.600 metros simplemente planeando mientras que en la subida logran alcanzar una velocidad de hasta 5 metros por segundo.

Estas aves comienzan a descender "simplemente" dejándose llevar, según el trabajo que publica Science, que explica que esto lo hacen de manera gradual, para ayudarse a cubrir largas distancias y, sobre todo, facilitar la búsqueda de alimento en el agua, una labor que requiere "mucha" energía y que de por sí es difícil para la fragata, cuyas plumas no están adaptadas al agua y que evita al máximo su contacto con el mar.

Según la investigación, la especie lleva este conocimiento en lso genes porque son los ejemplares más jóvenes los que son más capaces de cubrir mayores distancias que los adultos por sí solos. Por ello, los investigadores sugieren que este comportamiento está codificado genéticamente.

En este contexto, SEO/BirdLife señala que la fragata no es la única capaz de cubrir grandes distancias y aprovechar el viento. De hecho, desde 2011 trabaja en el Programa Migra que busca conocer de forma detallada las migraciones de las aves de España y cómo es posible que realicen viajes de miles de kilómetros cada año.

Por ejemplo, la pardela cenicienta, un ave marina como la fragata, es capaz de recorrer de norte a sur el océano Atlántico en su migración, volando más de 25.000 kilómetros cada año sin apenas posarse en tierra.

La ONG pone también de ejemplo al vencejo común, fácilmente visible en España durante la primavera, y que apenas se posa en tierra. Esta ave migradora realiza cada año desplazamientos de más de 9.000 kilómetros entre sus zonas de reproducción en España y los lugares donde inverna, en Zambia. Durante ese periplo apenas toman contacto con tierra: los vencejos se alimentan y duermen en el aire.