El servicio de Conservación da Naturaleza de la provincia de A Coruña, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, "está realizando las valoraciones e identificaciones de los efectos que ocasionó el incendio del monte Pindo --en Carnota-- para en este caso planificar las medidas que se puedan implementar para disminuir" las consecuencias negativas.
Así lo ha avanzado el titular de Medio Ambiente, Agustín Hernández, preguntado por los periodistas en un acto en Santiago, donde ha constatado que es "obligación" de la Administración autonómica "evaluar, analizar y articular las herramientas y las medidas que permitan evitar que las cenizas tengan un efecto negativo" sobre los ríos y las rías de Galicia.
El consejero ha aprovechado para denunciar "una vez más" la actividad de los incendiarios, "que está estropeando uno de los principales patrimonios" de Galicia.
En este escenario, y tras haber ardido unas 15.000 hectáreas en lo que va de año --más de 4.000 en la última semana--, la Xunta de Galicia tiene previsto realizar trabajos de limpieza de canales de ríos y vías de comunicación y evalúa posibles aportaciones de material para evitar "o por lo menos minimizar" los daños provocados por la erosión del suelo en zonas quemadas.
Con este objetivo, técnicos y responsables de las consejerías de Medio Rural e do Mar y de Medio Ambiente se han vuelto a reunir y han intercambiado información con la vista puesta en la toma de decisiones.
YA SE TRABAJA EN OIA
En el encuentro han estado presentes el secretario general de Medio Rural e Montes, Tomás Fernández-Couto; la directora general de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez; la directora del Intecmar, Covadonga Salgado y responsables y técnicos de Augas de Galicia, del Instituto de Estudos do Territorio y de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza.
En un comunicado, el departamento que dirige Rosa Quintana ha explicado que algunas de estas medidas preventivas ya están en marcha en algunas zonas, como en Oia (Pontevedra), donde, como resultado de un incendio, quedaron calcinadas unas 1.800 hectáreas.