La estadounidense aseguraba que esa nota ha destruido sus esperanzas de futuro, y que el no poder convertirse en terapeuta determinará la pérdida de miles de dólares que hubiera ganado ejerciendo durante su vida. Por esto, demandó por daños y prejuicios a su antigua Universidad.
Así, exigía una indemnización de 1,3 millones de dólares porque necesitaba una nota ‘B’ o superior para poder acceder al siguiente curso, y en cambio no pudo superar el curso por la nota ‘C’ que recibió. Su abogado sostenía que los conocimientos de Thode fueron menospreciados durante el examen porque ella apoyaba abiertamente los matrimonios gay. De esta forma la demanda se basaba en un incumplimiento de contrato y discriminación sexual.
La Universidad desmintió todas las acusaciones. Gary Sasso, decano de la facultad donde estudiaba Megan Thode, señaló que “el profesorado universitario tiene la responsabilidad de evaluar justamente el trabajo de sus estudiantes, y que el rigor académico no se vea comprometido”. Añadió que la conclusión del profesor de la demandante fue que “no estaba preparada para el siguiente curso”
Emil Giordano, el juez instructor, mantuvo abierto el caso durante cuatro días en la corte del condado de Harris en Houston, Texas. Al final, debido a que la demandante no pudo probar la supuesta discriminación, ni que la Universidad no mantuviera su rigor académico, el juez ha desestimado la causa y Megan Thode ha vuelto a casa sin esperanzas.