Schumacher descendía entre estas rocas cuando sufrió el accidente. Varios esquiadores que el pasado domingo pasaron también por esta zona creen que pudo no haber visto una de estas piedras. "Como hay tanta nieve piensas que es seguro. Pero hay rocas en todas partes". Los responsables de la estación de Méribel se defienden ante los que denuncian que -debido a su peligrosidad- este sector debería estar señalizado. "Se ve claramente que está fuera de las pistas. Creo que es obvio para nosotros y también para los esquiadores". Mientras, en Grenoble, el campeón alemán se aferra a la vida rodeado de los suyos. Los allegados a la familia destacan la fortaleza de la mujer y de los dos hijos del piloto. "Corinna y los chicos se turnan para que siempre haya alguien junto a la cama, porque nadie sabe si él puede darse cuenta o no de que está acompañado". Schumacher, que mañana cumple cuarenta y cinco años, continúa en coma inducido.