"Aprendí la importancia del trabajo en equipo y la camaradería que solo el servicio militar te lo puede enseñar. Me uní al ejército porque durante mucho tiempo solo quería ser uno de los chicos", dijo el hijo el hijo del príncipe Carlos en su discurso.
Mientras destacaba el papel de los hombres y las mujeres heridos que compiten en este evento, el joven de 31 años no quiso olvidarse de los veteranos (y no veteranos) que luchan con las heridas invisibles, como los problemas de salud mental. "Vamos a animar a la mujer que luchó por el estrés postraumático y vamos a celebrar al soldado que fue lo suficientemente valiente para obtener ayuda para su depresión", dijo el hermano del príncipe Guillermo.
Después de su vehemente discurso - ocasionalmente interrumpido por risas cómplices de la audiencia - Harry pasó el testigo a la primera dama, que agradeció al británico su trabajo y empeño por la celebración de estos juegos. "Él es verdaderamente nuestro príncipe azul, ¿no es verdad? Debe estar orgulloso de sí mismo por su labor", dijo la esposa del presidente de Estados Unidos.
El encargado de llevar la bandera Invictus fue el capitán del equipo estadounidense, Will Reynolds, un ex paracaidista herido en Afganistán, que fue acompañado de su perro guía, Kai.
Los juegos incluyen 10 eventos diferentes: baloncesto en silla de ruedas, voleibol sentado y remo indoor, y son similares a los Juegos Guerrero de Estados Unidos. Harry puso en marcha la competencia internacional en 2014, y desde entonces ha crecido en más de 500 competidores repartidos en 14 nacionalidades.