La OEA revisa su estrategia antidrogas con la mira puesta en la demanda

AGENCIA EFE 06/05/2009 21:46

"Ha llegado el momento de iniciar un proceso de revisión de nuestros instrumentos y ponerlos al día con las realidades que el fenómeno de las drogas nos impone", dijo el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, al inaugurar el 45 periodo de sesiones de la CICAD.

La actual estrategia antidrogas del continente fue aprobada en 1996 y el Plan de Acción derivado de ella fue rubricado en 1998.

Desde entonces, "es mucho lo que hemos avanzado", apuntó Insulsa, aunque al mismo tiempo admitió que las realidades también cambiaron, dado que las mafias han incrementado su poder, han surgido nuevas sustancias, el consumo se ha masificado y el fenómeno de la droga "existe en casi todos los países de América".

El ex ministro chileno abogó por una estrategia mucho más integral y equilibrada, que dé un peso importante a la reducción de la demanda como objetivo principal.

Además, destacó la necesidad de que las modificaciones mantengan e incluso mejoren las políticas de interdicción, aunque hizo especial hincapié en el aspecto de la demanda.

"Mientras haya mercado para las drogas, éstas seguirán fluyendo. Y una reducción de la demanda solo es posible enfatizando mucho más en los programas de educación, prevención y rehabilitación", dijo.

La nueva estrategia debe reconocer, asimismo, que "un adicto a la droga es un enfermo" y que "abordar el problema de las drogas sigue siendo una responsabilidad compartida por todos los países del mundo".

En este sentido, se pronunció a favor de armonizar y homogeneizar las políticas de prevención y lucha contra la droga.

"El éxito de cada uno de nuestros países depende del éxito de los demás, y el fracaso de uno de ellos puede ser determinante en la frustración de todos", afirmó el titular del organismo interamericano.

La misión de Brasil ante la OEA propuso la creación inmediata de un grupo de trabajo de alto nivel que presente una propuesta para poner al día la estrategia antidrogas del continente.

Las distintas delegaciones propusieron que el contenido de la nueva estrategia se defina en cinco años y se revise después cada dos, que se incluyan los nuevos tipos de droga y las nuevas formas de cooperación internacional.

También abogaron por que se incorporen ciertos efectos indirectos de las drogas como la degradación del medio ambiente y la limitación de los derechos humanos y se estudie cierta despenalización de la demanda.