Osoro insta a decir 'no' al "ataque de la muerte que se presenta a menudo con aires y máscaras de vida"

EUROPA PRESS 13/01/2016 17:22

Así lo expone Osoro en su carta semanal titulada 'Dad un 'sí' al desafío de vivir verdaderamente la vida" donde anima a "vivir la vida como 'hijo de Dios' y, en consecuencia, 'hermano de todos los hombres'".

El arzobispo de Madrid anima a vivir la "radicalidad el bautismo" y "la plenitud de la vida sin miedos" y dar un 'sí' al "desafío más grande que tiene el ser humano, como es vivir verdaderamente la vida".

"Hay que decir con fuerza un 'no' a la muerte y un 'sí' a la vida; decir 'no' al ataque de la muerte que muy a menudo se presenta con aires y máscaras de vida. ¡Cuántos descartes, guerras, enemistades, enfrentamientos se muestran con aires de defender la vida! ¡Cuántos proyectos se presentan en todos los órdenes para dar vida y sin embargo lo son de muerte para todos, tanto para los que mueren como para los que matan!", ha reflexionado Osoro en su misiva.

El arzobispo detalla que para algunos sonará como un "escándalo" afirmar que la vida "la regala Dios en el bautismo" pero recalca que desde el "inicio mismo en el vientre de la madre, la vida humana es un don".

"Dios se vale de dos laderas para que vengamos a la existencia: padre y madre. Sin ellos no es posible la vida humana. Pero también es verdad que Jesucristo ha venido a este mundo para darnos y hacernos descubrir que la vida verdadera y en su plenitud nos la da Dios mismo, y nos invita a abrirnos a él".

Además, Osoro entiende la "alegría de unos padres que, habiendo dado la vida humana a sus hijos, desean y quieren que la vida de Dios esté en ellos y que se la ofrezcan sin miedos a coartar su libertad", recalcando además que con el bautismo uno "se incorpora a la familia de Dios, a la comunión con Dios y con todos los hombres".

"No es una fórmula. Marca un nuevo nacimiento pues, de hijos de padres humanos, nos convertimos en hijos de Dios, en el hijo de Dios". Al respecto, detalla que el Bautismo "no es solo una palabra o algo espiritual, implica también la materia".

"El Bautismo nos hace partícipes de la vida de Dios (...) En el Bautismo, Jesucristo nos asume y nos hace hijos de Dios en él (...) Nos regala un don inmenso, la comunión con Dios, insiste Osoro para asegurar que este acto "transforma la raíz de la existencia".