Los hechos sucedieron en la localidad gerundense de Ripoll, cuando la menor estaba con sus compañeros de P4 de la escuela Pirineu de Campdevànol haciendo una clase de natación. En ese momento los monitores se dieron cuenta de que faltaba un niño al acabar la actividad, encontrando posteriormente el cuerpo sin vida de Mireia.
Y aunque en la clase se encontraban cinco profesores, cuatro monitores y dos personas de mantenimiento, nadie se percató de que la pequeña no se encontraba al término de la clase hasta que encontraron posteriormente a la pequeña muerta flotando en el agua. La actividad escolar había finalizado cuando se dieron cuenta de lo ocurrido.
Según la ley, en las salidas escolares con menores de seis años, debe haber un adulto por cada ocho o diez niños. En este caso, había uno por cada siete. Eran cuatro monitores y cinco profesores para un grupo de 27 escolares.
"Nadie puede entender, ni siquiera los propios monitores y profesores, una cosa así…Todos somos humanos y esto puede pasar", ha declarado Joan Manso, alcalde de Campdevànol.