El Papa reclama a los sacerdotes en Jueves Santo que no sean "prisioneros" del consumismo o de la mundanidad virtual

EUROPA PRESS 24/03/2016 11:52

En la celebración en la basílica del Vaticano, en la que el pontífice ha bendecido los óleos que se celebrarán durante todo el año en la administración de los principales sacramentos, ha advertido a los prelados del "exceso de espiritualidades gaseosas" que impide caminar "libres".

"Nos sentimos prisioneros, pero no rodeados como tantos pueblos, por infranqueables muros de piedra o de alambrados de acero, sino por una mundanidad virtual que se abre o cierra con un simple click", ha exclamado.

Francisco ha comparado esta "fascinación" ante mil propuestas de consumo con las "amenazas" o los "empujones" que recibe la gente pobre y ha instado a los sacerdotes a ser "ministros de misericordia y de consolación" para cada persona, pero especialmente para "el pueblo descartado, multitud de personas pobres que se encuentran en esa situación, porque otros los oprimen".

Ante decenas de cardenales y cientos de sacerdotes, el Papa les ha alertado de que a veces se alejan de la misericordia, "no por tener a mano el evangelio" sino por el "exceso de teologías complicadas". Y ha añadido: "Como sacerdotes, nos identificamos con ese pueblo descartado, al que el Señor salva y recordamos que hay multitudes incontables de personas pobres, ignorantes, prisioneras, que se encuentran en esa situación porque otros los oprimen".

LA MISERICORDIA "RESTAURA TODO"

En este sentido, ha incidido en que "la misericordia restaura todo y devuelve a las personas a su dignidad original" y ha remarcado que "el agradecimiento efusivo es la respuesta adecuada".

Así, ha invitado a los católicos a preguntarse: "después de confesarme, ¿festejo? O paso rápido a otra cosa, como cuando después de ir al médico, uno ve que los análisis no dieron tan mal y los mete en el sobre y pasa a otra cosa. Y cuando doy una limosna, ¿le doy tiempo al otro a que me exprese su agradecimiento y festejo su sonrisa y esas bendiciones que nos dan los pobres, o sigo apurado con mis cosas después de 'dejar caer la moneda'".

El pontífice argentino ha centrado la homilía de Jueves Santo en el perdón y ha arremetido contra las actitudes que tienden a sentir "vergüenza" del pecado y luego "se pavonean". "Escondemos y andamos con la cabeza gacha, como Adán y Eva, y cuando somos elevados a alguna dignidad tratamos de tapar los pecados y nos gusta hacernos ver, casi pavonearnos", ha exclamado.

Para Francisco, Dios "no sólo perdona deudas incalculables, como al siervo que le suplica y que luego se mostrará mezquino con su compañero, sino que nos hace pasar directamente de Ia vergüenza más vergonzante a la dignidad más alta sin pasos intermedios".

Así, ha llamado a los católicos a mantenerse "siempre en esa tensión sana entre una digna vergüenza y una avergonzada dignidad" que ha calificado como la "actitud de quien por sí mismo busca humillarse y abajarse, pero es capaz de aceptar que el Señor lo ensalce en bien de la misión, sin creérselo".

Y ha agregado: "Para entrar más hondo en esta avergonzada dignidad, que nos salva de creernos, más o menos, de lo que somos por gracia, nos puede ayudar ver cómo en el pasaje de Isaías que el Señor lee hoy en su Sinagoga de Nazaret, el Profeta continúa diciendo: "Ustedes serán llamados sacerdotes del Señor, ministros de nuestro Dios (Is 61,6). Es el pueblo pobre, hambreado, prisionero de guerra, sin futuro, sobrante y descartado, a quien el Señor convierte en pueblo sacerdotal".

Está previsto que el Papa lave los pies a 12 refugiados esta tarde en un centro de acogida cerca de Roma para llamar la atención de la comunidad internacional en un momento en el que miles de ellos continúan varados en la frontera entre Grecia y Macedonia debido al cierre de fronteras, según ha trascendido en medios locales.

Francisco es hijo de inmigrantes italianos y su primer destino como pontífice dentro de Italia fue la isla de Lampedusa en julio de 2013, donde exclamó "vergüenza" contra cultura que es indiferente ante el drama de los miles de inmigrantes que mueren ahogados en el mar Mediterráneo al intentar alcanzar las costas de Europa.