Medio siglo de los pechos de silicona

INFORMATIVOS TELECINCO 01/04/2012 12:59

Era primavera de 1962 cuando Timmie Jean Lindsey, una madre de seis niños se acostó sobre la mesa de operaciones en el hospital Jefferson Davis en Houston, Texas. En las siguientes dos horas, sus pechos aumentaron una talla, explica BBC.co.uk. Una talla para una mujer, un gran salto en la historia de la cirugía estética. "Creo que todo salió perfecto. Se sentían suaves, como senos reales", recuerda Lindsey, ahora con 80 años.

Lindsey se dio cuenta de la magnitud del cambio cuando salió a la calle y los hombres comenzaron a seguirla con la mirada. "Pienso que no entendí en ese momento la magnitud del cambio hasta que salí a la calle y los hombres comenzaron a silbar cuando me veían", añade.

Aunque la operación colaboró con su autoestima, y fue un placer para ella la nueva atención que generaba en los hombres, Lindsey nunca planeó aumentar el tamaño de sus senos.

Ella se encontraba en el hospital para remover un tatuaje de uno de sus pechos, cuando los doctores le preguntó si quería ser voluntaria para la primera operación de esta naturaleza."Yo estaba más preocupada en arreglarme mis orejas, que sobresalían como las de Dumbo. Y ellos dijeron: 'Listo, podemos hacer eso también'". Entonces el trato quedó finiquitado.

Esmeralda, el conejillo de indias

Los cirujanos eran dos ambiciosos pioneros, Frank Gerow y Thomas Cronin. Fue Gerow el que primero planteó una nueva clase de implante mamario. "Y tuvo ese momento 'eureka', en el que concibió el implante mamario de silicona”.

El primer conejillo de indias para el implante de silicona fue una perra llamada Esmeralda. "Yo estaba a cargo del perro", recuerda Thomas Biggs, quien trabajaba con Gerow y Cronin en 1962 como un joven interno en la unidad de cirugía plástica. "El implante fue colocado debajo de su piel durante un par de semanas. Luego tuvimos que sacárselo cuando comenzó a morderse los puntos de sutura".

La operación fue considerada un éxito y Gerow llegó a decir que los implantes eran "tan inofensivos como el agua". Inmediatamente el equipo comenzó a buscar una voluntaria.

En el momento justo

Timmie Jean Lindsey tiene muy pocos recuerdos de la operación. "Cuando salí de la cirugía había mucho peso sobre mis senos, como si alguien muy grande se hubiese sentado sobre ellos. Pero eso fue todo, después de tres o cuatro días el dolor había desaparecido".

Muchas mujeres querían aumentar el tamaño de sus senos, inspiradas por la figura de las actrices de la época. Los doctores estaban contentos con su trabajo, pero en ese momento, Biggs no entendía la relevancia que tenía lo que habían hecho.

"Claro que fue excitante, pero si hubiese tenido un espejo que me mostrara el futuro, habría quedado estupefacto", explica. "No era lo suficientemente sabio para entender la magnitud de lo ocurrido".

La importancia de la operación comenzó a hacerse patente cuando Cronin presentó el trabajo ante la Sociedad Internacional de Cirujanos Plásticos en Washington DC, en 1963. "El mundo de la cirugía plástica estaba en llamas por el entusiasmo", dice Biggs.

Era el momento preciso. Estados Unidos estaba, en la década del 50, atrapado por influencias culturales vinculadas a la idea de tener pechos grandes. Esa fue la década en la que aparecieron la revista Playboy y la muñeca Barbie, y las estrellas de cine comenzaron a jugar un papel más importante en la sociedad.

"La imagen curvilínea de Marilyn Monroe y Jane Russell y también el nuevo look de Dior realmente destacaron esta clase de silueta y pusieron a las mujeres a pensar en la idea de aumentar el tamaño de su busto", señala la escritora Teresa Riordan.