Durante años se fue ganando la confianza de los niños, y de los padres, hasta que consiguió convencer a algunos padres para cuidar a los alumnos en su casa cuando acababan la rutas. Con el pretexto de cambiarse de ropa y esperar a que los recogieran sus padres los pequeños de siete años acababan en sus redes.
En la casa el pederasta colocaba las cámaras para grabar el momento del baño y también los abusos a los que poco a poco fue sometiendo a los niños.
Verdugo, ingeniero de profesión, trabajaba en una multinacional y pinchaba música techno . Era otro de los reclamos que utilizaba para captar el interés de otros niños un poco más mayores.
Javier Verdugo grababa los tocamientos en video pero además documentaba las grabaciones y los encuentros con los niños en un diario de agresiones que la policía encontró en el registro de su vivienda.
Durante años, por los menos desde el años 95, el pederasta abusó de niños de entre siete y doce años. Algunos, ya mayores, han declarado contra él tras destaparse el escándalo. La policía había podido acreditar 15 agresiones por medio de videos y fotografías aunque al comenzar las declaraciones han podido constatar hasta 25 víctimas, de momento. El pederasta está en la cárcel.