El labrador de un año de edad escapó milagrosamente de una muerte casi segura. Sin ningún daño orgánico, se recupera en casa de sus nuevos dueños. Los balines no se ven a simple vista, pero si acaricias al perro notas "pequeños bultos duros y redondos", según exlican los veterinarios al diario Dailymail.
Fue ése el motivo por el que los veterinarios decidieron realizar una radiografía y cual no fue su sorpresa al comprobar que el animal tenía cerca de 50 balines en la cabeza y muchos más dispersos por todo su cuerpo.
Con toda esa munición en su cuerpo, el perro labrador se muestra feliz y parece sano. No obstante, van a vigilar su evolución para garantizar que no desarrolle ningún problema de salud posterior. Alguno de los cerca de 100 balines que tiene en su cuerpo podría llegar a infectarse.