Barambio, que ha comparecido a propuesta de una de las defensas, ha manifestado en la Audiencia de Barcelona que no ve "nada fácil" poder modificar una ecografía para simular otra edad gestacional porque la realiza una máquina, si bien no ha descartado que se pudiera hacer con la intervención de un técnico.
Las acusaciones sostienen que Morín, que se enfrenta a más de 300 años de cárcel, y su equipo falsificaban las ecografías, rellenaban "de forma mendaz" documentos en blanco con datos falseados para simular que el feto no sobrepasaba las 22 semanas legales y que las pacientes no eran visitadas por psiquiatras, lo que el juez está tratando de averiguar mediante el interrogatorio de los testigos.
Al mostrársele diversas historias clínicas de pacientes, Barambio ha avalado que contenían la "documentación suficiente" para ejercer una interrupción del embarazo.
Uno de los casos que ha revisado era un aborto por alteración cromosómica del feto dentro de las 22 semanas, cuyo historial contaba con una ecografía y un dictamen firmado por tres médicos, además de un informe psiquiátrico, por lo que, ha señalado, la interrupción "era correcta" tanto por el supuesto de malformación como por el riesgo para la salud psíquica de la madre.