Ningún agente será procesado por el caso Menezes, reitera la Fiscalía británica

EFE 13/02/2009 14:08

Según informó hoy la Fiscalía, no hay suficientes pruebas como para procesar a un agente en particular por la muerte de Menezes, quien fue tiroteado el 22 de julio del 2005 en una estación del Metro de Londres al ser confundido con un terrorista suicida.

El pasado diciembre, el jurado de la investigación pública dictaminó que la muerte del brasileño no fue un homicidio justificado y se pronunció por un veredicto denominado "abierto".

El jurado -formado por diez personas- tomó esa decisión después de que el juez de la pesquisa, Michael Wright, le denegara la posibilidad de llegar a un veredicto de homicidio injustificado.

Tras la decisión del jurado, la familia reclamó a la Fiscalía la revisión del caso.

El abogado Stephen O'Doherty, responsable de revisar las pruebas, dijo hoy que no encontró ninguna como para reconsiderar su decisión, ya tomada hace más de un año, de no procesar a ningún agente.

"Tras la investigación sobre la muerte de Jean Charles de Menezes y el veredicto abierto alcanzado por el jurado, yo llevé a cabo una revisión del caso a la luz de las nuevas pruebas surgidas de la investigación", agregó O'Doherty.

"He llegado a la conclusión de que no hay pruebas suficientes de que un agente en particular cometió un delito en relación a la trágica muerte de Menezes", puntualizó el abogado.

La investigación pública, referida a un proceso civil que se celebra en este país en caso de muertes sospechosas, duró siete semanas y tuvo lugar en el estadio de cricket de Oval (sur de Londres), cerca de la estación de metro de Stockwell, donde Menezes fue tiroteado el 22 de julio de 2005.

Menezes, de 27 años y electricista de profesión, recibió ocho impactos de bala (siete en la cabeza y uno en el hombro) disparados por agentes de la brigada antiterrorista de Scotland Yard.

El joven fue confundido con uno de los autores de los atentados fallidos del día anterior, que pretendían ser un calco de los ataques del 7 de julio de 2005 en la capital británica, en los que 56 personas murieron, entre ellos los cuatro terroristas suicidas.

En el 2007, la Policía Metropolitana ya fue declarada culpable de violar la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo del Reino Unido, que obliga a las fuerzas del orden a garantizar la seguridad tanto de los agentes como de terceras personas, pero no se procesó a un agente en particular.