Courtney Grimshaw solo tenía 12 años cuando comenzó a restringirse las comidas, mientras que su hermana Rebecca tenía 14. Ésta era muy popular en su instituto, algo que realmente admiraba Courtney. Por eso, cuando su hermana empezó a llamarla ‘culo gordo’, Courtney se lo tomó muy a pecho.
La joven comenzó a pesar mucho peso en cuestión de muy poco tiempo: a los 15 años, estaba esquelética. Rebbeca, que hasta ese momento no hacía ninguna dieta, se sintió “inspirada” por la delgadez de su hermana y comenzó a seguir el mismo modo de vida tan poco saludable.
Ambas comían únicamente 350 calorías al día y hacían ejercicio de forma compulsiva. Tal y como afirma el diario ‘The Mirror’, al poco tiempo Rebbeca se dio cuenta de lo peligroso que era aquello y decidió volver a comer de forma saludable…pero Courtney fue mucho más lejos: solo pesaba 31 kilos y tenía la intención de seguir adelgazando.
Sus padres y su hermana, alarmados, decidieron animarla para que se recuperara. La joven estuvo bajo la supervisión de un doctor y un dietista que ayudaron que empezara a recobrar algo de peso. Actualmente, ambas jóvenes están completamente recuperadas y a pesar de los celos del pasado, su relación está mejor que nunca.