Una chimpancé adopta a una serpiente pitón en el centro de rehabilitación de chimpancés de Jane Goodall en Congo

EUROPA PRESS 16/09/2013 12:01

En el centro residen 150 chimpancés rescatados del tráfico ilegal de especies, la mayoría confiscados cuando eran unas crías huérfanas en manos de cazadores furtivos o traficantes. Desde hace ocho años este centro está dirigido por la veterinaria española Rebeca Atencia.

Los chimpancés están en distintos recintos según afinidad y edad. Por ejemplo, los pequeños e infantes salen al bosque guiados por cuidadores y los chimpancés adulto están en grandes recintos exteriores que incluyen áreas de bosque denso, donde juegan, exploran y socializan y por la noche vuelven a cenar y pasar la noche al centro.

La veterinaria observó que Matondo, una de las chimpancés, tenía una pitón de dos metros sobre los hombros, a modo de bufanda. Al principio, se pensó que la pitón estaba muerta, pero poco después comenzó a deslizarse por la espalda de Matondo. Entonces la chimpancé, rescatada hace años cuando había quedado huérfana, retiró a la serpiente de su hombro y la puso en su regazo, como si fuera un bebé.

Además, protegía a la pitón de otros chimpancés del recinto. Los veterinarios no querían dejar a la serpiente con los chimpancés durante la noche debido al potencial peligro para ambas partes: la pitón podría atacar a uno de los chimpancés, o ser lastimada o matada por éstos.

Afortunadamente, cuando el sol se estaba poniendo, el equipo del IJG se las ingenió para convencer a todo el grupo de chimpancés y a Matondo en especial (comida mediante) de que saliera del dormitorio sin la pitón. Antes de salir, Matondo se encargó de acomodar cuidadosamente a su nueva amiga reptil en su nido, asegurándose de que quedara oculta y protegida de los otros chimpancés. Finalmente, la serpiente fue trasladada a un bosque vecino a su habitat natural.

El Instituto Jane Goodall considera este caso como "muy singular" puesto que los chimpancés suelen tener miedo a las serpientes. Sin embargo, los chimpancés en estado salvaje también pueden adoptar crías huérfanas en grupo, a veces de otras especies.