La mayoría de las viviendas en esta localidad están al borde de la ruina y para atraer capital y turistas, las autoridades han decidido regalar las casas a cualquier ciudadano italiano o de otro país de la Unión Europea.
Sin embargo, las personas que quieran una vivienda deberán aceptar unas condiciones: "el solicitante, la compañía o persona física, que adquiera una propiedad deberá presentar el proyecto de restauración de la vivienda en un año y rehabilitarla por completo en tres años", dice el comunicado emitido por las autoridades.
Esta campaña está destinada a reconstruir el centro histórico de la localidad, ya que ha perdido casi el 50% de su población en los últimos 50 años. Hoy en día en el pueblo viven tan solo unos 7.000 habitantes, según publica el portal Actualidad RT.