Con la llegada de un avión de Santo Domingo a Barajas, los agentes aeroportuarios se ponen alerta. Es uno de esos vuelos denominados 'calientes'. Cuando sospechan de alguno de los pasajeros que desembarcan, deciden intervenir.
Uno de ellos les llama la atención así que deciden cumplir con el procedimiento habitual, Los agentes de la brigada de estupefacientes realizan un primer control basado en preguntas y cacheos. Tras eso, se comprueba si tiene antecedentes penales.
Por último, se registra su equipaje. A primera vista, no hay nada, pero sí un doble fondo. Cuando consiguen abrirlo dan con el botín: 1,6 kg de cocaína. El pasajero pasa al calabozo.
Pero esta no es la única manera de tratar de saltarse las normas. Una mujer llegada de Caracas es llevada a una habitación aparte. Vuela desde muy lejos y su equipaje está prácticamente vacío, por lo que los agentes sospechan.
Cuando la someten a una prueba de rayos X comprueban que sus sospechas son acertadas: en su cuerpo lleva más de 40 bolas de cocaína. Queda arrestada, pero antes la conducen hacía el hospital más cercano pues su salud corre peligro. Con que sólo una de esas bolas se rompiera, moriría.
La necesidad hace que estas personas arriesguen su vida (en menor o mayor grado) para conseguir algo de dinero. Los que realmente se lucran con este tipo de comercios jamás se arriesgarían a tal cosa. RSO