Víctor Lenore, contra el "clasismo" hipster e 'indie' en 'Crónica de una dominación cultural'

EUROPA PRESS 28/10/2014 11:30

Los libros, el cine y, sobre todo, la música, son el centro de este ensayo en el que Lenore repasa la influencia de la industria cultural en los gustos de la gente y pone en tela de juicio las "estructuras de poder" que se encuentran detrás de estas elecciones, supuestamente individuales.

"Se han perdido por completo las fronteras entre cultura y mercado. Peor aún: se han roto y no nos preocupa demasiado. Por supuesto el mercado va ganando por goleada", ha explicado el periodista en una entrevista con Europa Press.

Precisamente, Lenore hace esta reflexión al recordar una entrevista al escritor Eloy Fernández Porta, representante de la conocida como 'Generación Nocilla', en la que le habló del esnobismo como "una posición cultural defendible" y que no hay "grandes diferencias" entre un proyecto artístico y una campaña publicitaria.

No es el único ejemplo literario que rescata el autor, a pesar de reconocer que tiene más "conocimientos musicales". Así, apunta al caso de David Foster Wallace, "autor canonizado" por estas subculturas que, a su entender, es "un escritor individualista, conservador y nihilista". "La cultura hipster tiende a confundir el pesimismo con la lucidez", señala.

Colaborador durante varios años de revistas musicales especializadas como 'Rockdelux', 'Playground' o 'Rolling Stone', Lenore reconoce que alguna gente se ha tomado este libro "como un acto de arrogancia", aunque él cree que "tiene mucho de humildad". "Una de las cosas que estoy reconociendo es que de los veinte años en que he trabajado como periodista musical, la mayoría están llenos de textos sin valor", ha afirmado.

EL SÓNAR, UN FESTIVAL "PIJO"

Los festivales 'indie', que en los últimos años han proliferado en distintas ciudades de España a ritmo vertiginoso, también están en el punto de mira de este texto. "Se prestigian festivales pijos como el Sónar de Barcelona y se tiende a despreciar los que tienen público de clase trabajadora, digamos Monegros, aunque los carteles de ambos sean bastante similares", ha apuntado.

En este sentido, apuesta por los géneros que vienen "de abajo" (bakalao, merengue o mestizaje, entre otros) y un tipo de modelo emprendedor que los potencie como los puestos en marcha por centros como el museo Reina Sofía (Madrid), Casa Invisible (málaga) o el Patio Maravillas (Madrid), entre otros destacados por el autor.

EL INDIE, LA "BANDA SONORA" DE PP Y PSOE

La necesidad de que toda manifestación implique una "posición política" y la ausencia de ella en la música indie supone otro motivo de crítica para Lenore, quien considera tanto a este género como a la Movida "la banda sonora de los años del bipartidismo de PP y PSOE". "La industria cultural promociona los productos que mejor sintonizan con sus valores y margina los que se enfrentan a él".

"Ahora jerarcas del PSOE como Pedro Sánchez, Eduardo Madina y Patxi López se han declarado fas de la música indie, ya que les recubre de prestigio cultural sin crearles ningún problema político. Muchos festivales indies reciben subvenciones de gobiernos del PP en Levante y en otros puntos de la península, ya que es una escena que fomenta los valores dominantes y nunca crea conflictos políticos", ha indicado.

LOS NUEVOS GRUPOS

A pesar de esta denuncia, Lenore ve atisbos de un cambio en la cultura hipster, que "se está viniendo abajo a golpe de recortes, despidos y desahucios". Así, ha resaltado la aparición de una nueva generación de grupos 'indies' que "ya no se cierran a las letras sociales", como El Pardo, Los Ganglios o Ultramort.

Además, reconoce que sigue disfrutando de cosas como The Housemartins, My Bloody Valentine o La Casa Azul, puesto que su postura tiene mñas que ver con el rechazo a las "dinámicas excluyentes" de la industria cultural y a "adorar todo lo que viene de Nueva York y a rechazar lo que se hace en barrios como San Cristobal de los Ángeles en Madrid". "Camela hacen canciones tan bonitas como los Ramones, pero unos se consideran cool y otros cutres", lamenta.