La experiencia de Tania G.
La identidad sexual de algunos de los concursantes ha sido motivo de charlas en el relax del patio, donde además de tomar el sol aprovechan para conocerse un poco más y mejor. El otro día, Tania G. abrió el juego hablando de la experiencia con su pareja actual, de la que fue amiga durante mucho tiempo antes de convertirse en algo más. Antes de estar juntas Tania había tenido varios novios, y nunca se había planteado una relación con otra mujer, hasta que los lazos se estrecharon de la forma que todos conocemos. Ella y su novia acudieron juntas a las pruebas de selección de esta edición y les pusieron en la tesitura de que una de ellas pasase a la fase final y la otra no, lo cual recibieron con desigual convicción. Su novia se resistía a ello, quizá sabedora de que tenía menos posibilidades de ser la elegida, como así fue.
Conocida su condición sexual por haberla hecho pública durante el 'casting', Tania G. ha contado a algunos de sus compañeros lo que supuso para sus familias el enterarse que estaban juntas. Según relató, un día volvía de comprar el pan con su novia cogidas de la mano cuando se cruzaron con el padre de Tania, que pasaba en coche por la misma calle que ellas. Al advertirlo ellas separaron sus manos, pero la prueba había sido suficiente para que su relación fuera conocida desde ese día por alguien más, en este caso las familias de ambas. Parece que no fue fácil encontrar la comprensión hacia lo que es simplemente una decisión personal en la que nadie tendría que interponerse. Pero peor fue la experiencia para algunos de sus compañeros. 1
Iván no deja de estar preocupado porque sus padres hayan tenido la confirmación sobre su identidad sexual al verle en la distancia de la emisión televisiva del programa. No es que no lo supieran ya, o cuando menos no lo hubieran podido suponer. Lo que centra su preocupación es que estén descubriendo un Iván más suelto, alocado y, por qué no decirlo, mucho más amanerado de lo que estén acostumbrados a ver. Quizá sea por esto que arrastra como una rémora una frase que le dedicó Evaristo, el indómito jurado, en una de las primeras galas, y que este concursante no supo interpretar bien. Le definía el jurado como 'prima donna', que según el DRAE es "la protagonista femenina de una ópera" y que parece razonable pensar que era una referencia a su permanente papel protagonista, no exento de cierta altanería, lo cual no deja de ser una condición positiva para un artista, siempre y cuando vaya acompañada de las dosis necesarias de humildad. 2
Para Iván lo de 'prima donna' era como llamarle "mariquita loca" y, como digo, su preocupación es que esto trascienda más de lo que él desearía, ya que según contó su familia no había aceptado de buen grado que su comportamiento sexual se alejase de lo que ellos desearían. No ha debido ser un camino de rosas el vivido por este concursante, que calificó el proceso por el que sus padres se enteraron de todo como "muy duro y traumático".
Las dos bodas de Chipper
También tiene una historia paralela a las anteriores el concursante americano, que participaba en la misma conversación referida haciendo una revelación sorprendente. Según pudimos entender de lo relatado por Chipper la boda que tuvo lugar durante la fase final de 'castings' en Barcelona no fue su primer enlace. Antes de casarse con su novio lo había hecho con una chica, su mejor amiga, según parece como una tapadera para ocultar la realidad a su familia. Esto da cuenta de lo duro que tuvo que ser esta experiencia también para él.
La frase con la que cerraba Chipper su íntima confesión dice mucho más que cualquier otro dato: "Fue una época de mi vida en la que viví en la mentira permanente". Afortunadamente hoy está casado con la persona que quiere y no solamente esto, sino que puede contarlo libremente y hasta se le ha podido ver encontrarse cariñosamente con su pareja en medio de aquella gala que Mejide calificó como "el diario de Jesús", momento en el que Iván no pudo reprimir la emoción.
Pablo y su 'Música'
Tan protagonista como cualquiera de las actividades académicas que a diario tienen marcadas en su horario escolar está siendo la iniciativa de la canción de Pablo, que o mucho se equivoca el Metrónomo o no tardarán en interpretar en medio de una gala. Ni ensayando el tema que cantarán junto a Rosario, ni grabando el CD semanal, ni ensayando sus actuaciones, ni bailando batuka con Jessica Expósito, ni en las duras clases de Néstor Serra, ni siquiera con el 'zen' de Víctor Fernández. Parece que como mejor se lo están pasando es ensayando la canción 'Música' que compuso Pablo, de la que ya hemos hablado y más que habremos de hacerlo. 3
La que no parece feliz ni con las actividades extra escolares es Virginia. Parece como si se sintiera permanentemente a disgusto con la mayoría de sus compañeros e incluso con su propia actitud dentro de la academia. Si días atrás eran Tania S. y Esther las que estaban de bajonazo, ahora parece que es Virginia la contrariada con su propia actuación, a pesar de la simpatía que despierta entre los profesores. A Virginia solo se le ve feliz cuando está en clase con Manu Guix. Tampoco se puede decir que la ayude mucho el 'moving' al que se ve sometida por parte de algunos, especialmente Iván y Sandra. No se soportan mutuamente y esto provoca situaciones incómodas para todo el grupo.
El episodio de las margaritas del pasado viernes es un claro ejemplo de lo que digo, ya que tras el numerito de Virginia en el pre-pase de micros los mencionados Iván y Sandra no pararon de preguntarle de forma inquisitiva de donde había sacado las flores, con el fin de averiguar si se las habían dado los profesores. Ella explicó que sí, que era un regalo porque había sido su santo y además ella las había pedido. Cualquier cosa es interpretada por algunos en esta academia como favoritismo, aunque habría que dar la vuelta a la tortilla y preguntarles a los que se pudieron sentir ofendidos por este detalle insignificante si alguna vez han tenido la iniciativa de pedir algo que aportase imaginación a sus actuaciones. Si lo han pedido y no se lo concedieron podrían quejarse, pero hasta entonces más parecen ganas de sacar de quicio las cosas.