Íntimas, sencillas y cargadas de detalles: así fueron las bodas de Carmina Ordóñez y Julián Contreras

  • La reina del papel couché se casó hasta en dos ocasiones con Julián Contreras

  • Ambas fueron bodas íntimas y sencillas donde reinaba el amor entre la pareja

  • Los hijos de Carmina Ordóñez y Paquirri, Fran y Cayetano, tuvieron un papel muy importante en la ceremonia

Carmina Ordóñez fue una de esas mujeres que formó parte de la prensa rosa durante décadas, la reina del papel couché, que protagonizó portadas de la presa del corazón y más de un programa de la época. Carmina era y sigue siendo considerada como una de las famosas más guapas del panorama nacional que estuvo casada hasta en tres ocasiones. 

Carmina pasaba por el altar con tan solo 17 años con Paquirri, con quien estuvo más de seis años y con quien tuvo dos hijos. La pareja se separó y ella se casaba por lo civil con el cantante Julián Contreras y aunque se casaron primero por lo civil y después por la iglesia, no fue el último matrimonio de ella. En 1997 se daba el 'sí, quiero' con Ernesto Neyra. 

Carmina Ordóñez y Julián Contreras se casaban primero por lo civil en una ceremonia muy íntima y en Miami para años más tarde darse el `sí, quiero´ por la iglesia. Aun siendo dos bodas íntimas estaban cargadas de simbolismos y detalles únicos. ¡Así fueron las dos bodas de Carmina Ordóñez con Julián Contreras!

Una boda civil muy íntima

Tras un primer matrimonio con el torero Paquirri, Carmina Ordoñez se enamoraba del cantante Julián Contreras con quien contraía matrimonio por lo civil tras un año de noviazgo, el 30 de marzo de 1984. En busca de una boda íntima y tras la negativa de la Iglesia para que los novios se casaran en el parador de Carmona, finalmente viajaban hasta Miami para jurarse amor eterno

Carmina llegaba ante el juez junto a sus dos hijos Francisco y Cayetano, fue el pequeño Fran como primogénito, el encargado de entregar a su madre a Julián ante el juez, Arwin Benerstein. Tras un emocionante discurso en el que el juez se deshizo en elogios hacía la belleza de la novia, la bonita pareja que formaban y el amor que se profesaban, la pareja intercambió las alianzas.

Tras convertirse en marido y mujer, un grupo de mariachis irrumpió en la sala un grupo de mariachis a son de 'Mañanitas', un momento más que emotivo para la pareja que se abrazada visiblemente emocionada. El padrino Gonzalo Zaldo, les regaló a los novios un flamante deportivo negro, un Pontiac Firebird, el coche de moda en Estados Unidos aquella época. 

La tarta también tenía un significado especial, la duquesa de Sevilla, amiga de la pareja la encargaba para ellos, una tarta con forma de guitarra con el significado muy especial para los novios, pues Julián Contreras empezaba a grabar sus primeras canciones a la vuelta de la luna de miel. 

Un vestido de boda muy floral

Para la ocasión Carmina Ordóñez confió su vestido al diseñador Jorge Gonsálves. Un vestido de novia confeccionado en gasa transparente y cubierto de distintas capas de tul. Además, la falda tenía una abertura central, a través de la que se podían intuir las piernas de la novia. El cuerpo de manga larga tenía un escote en la espalda. También, optó por lucir un tocado floral. 

Carmen no quiso llevar nada azul, nada prestado, ni nada viejo, puesto que quería comenzar esta nueva etapa con todo nuevo, a diferencia de su primer enlace que fue mucho más tradicional. 

El 21 de marzo de 1988, la pareja volvió a ratificar su matrimonio, aunque en esta ocasión se casaron por la Iglesia en una íntima ceremonia en Madrid y acabaron divorciándose en 1994.

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