Por otra parte, el hallazgo de las cintas comprometedoras grabadas por Treadwell le muestra a Emily el siguiente paso a seguir. Con ellas se propone perjudicar a Victoria en su proceso de divorcio y, de paso, culpar a la falsa Amanda Clarke de haber incendiado la casa del escritor.
Así pues, una fuente desconocida le envía a Conrad la grabación en la que David Clarke admite que es el padre de Charlotte. El señor Grayson ahora tiene todas las de ganar frente a Victoria, pero esto no es lo más importante: ahora apenas puede mirar a la cara a su supuesta hija, así que la obliga a marcharse con su madre a pesar de la negativa de ésta.
El resto de las cintas son depositadas por Emily en la taberna de los Porter para incriminar a Amanda. Un delincuente supuestamente contratado por Victoria registra la habitación y encuentra las grabaciones pero es descubierto por Jack. El muchacho recibe una brutal paliza intentando detener al ladrón, que huye dejándose olvidada una de las pruebas bajo la cama.
Nolan y Amanda descubren a su amigo herido poco después. El informatico culpa a Thorne de lo ocurrido, lo que hace dudar a la muchacha. Acude al abogado Ryan Huntley, quien resulta que ha estado todo el tiempo del lado de David Clarke, y también le aconseja que se replantee su venganza.
El asunto con Jack deja a la falsa Amanda muy preocupada. Emily, nuestra protagonista, le pide que se marche si no quiere hacerle más daño. Ella accede, a condición de no tener que despedirse de él.
También Emily esta muy afectada por lo que le ha ocurrido al amor de su infancia por su culpa. No abandona su propósito, pero decide tomarse la venganza con más calma, sin hacer daño a inocentes. Es por esto que considera rechazar la proporción de matrimonio de Daniel. Sin embargo, su ira cobra fuerzas renovadas cuando el muchacho le cuenta que su madre le ha revelado que David Clarke la violó.