Belén Esteban nunca pensó que le despertarían de una siesta para decirle que se preparase en 25 minutos y desfilase en la 'SLVM Fashion Week'. Muy emocionada, la colaboradora lloraba de la ilusión y abrazaba sus vestidos mientras le pedía a Ares y a Aguasantas que la peinasen y maquillasen.