Nada más ver la cacerola volcada y el arroz tirado por el suelo, Abraham recriminaba a Yong Li su falta de atención: “Tenías que haber estado atento porque tú estabas con el fuego”. A Yong Li no “Yo no tengo la culpa, los carriles no los he puesto yo y no los podía ver desde aquí”.
Rafa Lomana intentaba suavizar el tema, apuntando que había sido poco arroz el que se había desperdiciado. “Se ha caído poco, pero a ver qué te parece y si no lo cambiamos”, comentaba a Abraham, mientras éste echaba agua a la comida y volvía a colocar la cacerola sobre el fuego.
“Por eso te he dicho que nos ponemos aquí cuatro, para estar atentos, y si tú estás con el fuego, deberías haber estado más atento”, recriminaba Abraham a Yong Li, que no lo veía de la misma manera: “Yo estoy al fuego, pero tú no estabas haciendo nada”. Para Abraham no serían las excusas de su compañero y así se lo hacía saber: “El que está al fuego está pendiente de la comida. No te estoy echando la culpa, pero tú tienes que estar atento. No tienes razón”.
Yong Li seguía repitiendo que él no tenía la culpa. “No me calientes la cabeza, que quieres echar la culpa a todo el mundo”. Abraham intentaba apoyarse en sus otros compañeros, que tímidamente le daban la razón. “Hay dos personas adultas aquí que te lo están diciendo, así que no digas tonterías”, chillaba Abraham a Yong Li.
Que su compañero le gritara no sentaba bien a Yong Li, que ya fuera de sí también respondía a Abraham: “Relájate porque estás muy subidito últimamente”. Éste, lejos de callarse, arremetía con un “ni se te ocurra levantarme la voz, ten mucho cuidadito”. Viendo que la tensión iba en aumento, Rafa Lomana y Nacho Montes intentaban suavizar la conversación hablando con cada uno de ellos por separado.
Más tarde, tranquilamente, ambos protagonistas explicaban a las cámaras su versión de los hechos, quitándole la importancia que antes sí le habían dado.