Dani Rovira iba por el pasillo con varias perchas y trajes en la mano, pero no nos quiso decir adónde se dirigía ni nos dejó acompañarle. Aún así, le seguimos sin que nos viera y le sorprendimos metiéndose en una cuba de obra... ¿para qué? A los pocos segundos salió... ¡convertido en Superlópez!