Aurora es una mujer de Calella (Barcelona) que convive con tres okupas en su propia vivienda y no los puede echar porque "la ley les ampara, pero estoy en vía de desahuciarles". Uno de los inquilinos, incluso, le ha intentado agredir "empujones, han intentado darme con una madera en la cabeza, golpes contra la pared", cuenta. Su familia le aconseja que deje su hogar pero ella insiste que no va a "dejar mi casa tirada, tengo que defenderla".