Lucía Garrido apareció muerta en la piscina de su casa, y lo primero que los familiares supieron era que se había suicidado. Pero las heridas que presentaba el cuerpo de Lucía mostraban una violencia que no es propia de un suicidio. La víctima apareció con la marca de un golpe en la cabeza, sin pendientes y con una puñalada en el cuello. En el punto de mira siempre ha estado su ex marido Manuel Alonso, el cual parece que no acepto que su ex mujer se quedara con la finca de Los Naranjos.
En esa finca la Guardia Civil dice que se vendían perros, pero además drogas, con las que Manuel Alonso reportaba unos beneficios de 40.000 euros mensuales. Por estos motivos puede que acabara con la vida de Lucía. Los encausados por el crimen son cuatro personas, dos guardias civiles, como inductores del crimen; Manuel Alonso, como autor intelectual; y por último un autor material.
Tras varios intentos de archivar el caso, finalmente este siguió adelante por los puntos negros dentro de la investigación. Al mismo tiempo han ocurrido irregularidades como prescripción de delitos, perdida o destrucción de pruebas, testigos protegidos asesinados, además de haber pasado por el caso cuatro jueces. Ahora tendrán que declarar hasta 80 personas, entre testigos y peritos. La familia de Lucía quiere que se haga justicia por el crimen de su hermana.